El acuerdo marco comercial con EEUU y la entrega silenciosa de la soberanía argentina

El acuerdo marco comercial anunciado a bombo y platillo por el gobierno argentino y los Estados Unidos es, en realidad, un tratado profundamente asimétrico que compromete la soberanía nacional, sacrifica la industria local y alinea al país con la guerra comercial de Washington contra China, todo ello mediante un procedimiento opaco que elude al Congreso Nacional.
Esa es la conclusión central de un detallado análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sobre el «Marco para un Acuerdo de Comercio Recíproco e Inversión» entre ambos países, divulgado el 13 de noviembre desde la Casa Blanca.
Una Reciprocidad Ilusoria
El primer y más grave señalamiento es la ausencia total de reciprocidad. Mientras Argentina asume una larga lista de compromisos concretos y verificables, las contrapartidas de EE.UU. son vagas, hipotéticas o se limitan a productos que no compiten con su industria.







Compromisos Clave de Argentina vs. EE.UU.
| Compromiso de Argentina | Contrapartida de EE.UU. |
|---|---|
| Acceso preferencial para medicamentos, maquinaria, vehículos y productos agrícolas estadounidenses. | Eliminar aranceles solo en recursos naturales no disponibles en EE.UU. y fármacos no patentados. |
| Adoptar normas técnicas y certificaciones de EE.UU. (FDA, seguridad vehicular). | Ninguna. |
| Eliminar la Tasa de Estadística solo para productos de EE.UU. | Ninguna. |
| Abrir el mercado a carne aviar, lácteos y ganado bovino vivo de EE.UU. | Aumentar la cuota de carne bovina argentina (de 20.000 a 80.000 tn), con dudas sobre su permanencia. |
| «Abordar distorsiones» de empresas públicas (ej. INVAP, YPF). | Ninguna. |
| Facilitar el acceso a minerales críticos (ej. uranio). | Cooperar, sin compromiso de agregar valor local. |
Pérdida de Soberanía Regulatoria
Uno de los aspectos más críticos es la rendición de la soberanía regulatoria. Argentina se compromete a aceptar productos que cumplan con normas estadounidenses, marginando a organismos como el SENASA, la ANMAT o el INAL.
«Esto no es una desregulación interna, sino la aceptación de condiciones impuestas por Estados Unidos, lo que implica una pérdida de soberanía regulatoria», señala el informe. Esto es particularmente sensible en áreas como medicamentos y alimentos, donde los estándares locales quedarían supeditados a criterios externos.
Impacto en el Comercio Bilateral
El acuerdo llega en un momento de frágil equilibrio. Según datos del INDEC citados por CEPA, en los primeros nueve meses de 2025 Argentina mantuvo un superávit comercial de apenas USD 360 millones con EE.UU. Este superávit se explica principalmente por la exportación de commodities, mientras que Argentina importa bienes de mayor valor agregado.
Estructura del Intercambio Comercial (Ene-Sept 2025)
| Principales Importaciones desde EE.UU. | USD (Millones) | Principales Exportaciones a EE.UU. | USD (Millones) |
|---|---|---|---|
| Sustancias y Productos Químicos | 1.217 | Petróleo crudo y gas natural | 2.002 |
| Maquinaria y equipo | 894 | Fundición y refinación de metales | 1.517 |
| Coque y refinados de petróleo | 686 | Productos alimenticios | 754 |
| Total Importaciones | 5.197 | Total Exportaciones | 5.556 |
La apertura indiscriminada que propone el acuerdo, especialmente en sectores industriales donde Argentina es débil, amenaza con revertir este saldo positivo y generar un déficit comercial crónico.
El Acuerdo como Herramienta Geopolítica
El informe de CEPA subraya que el marco trasciende lo comercial para adentrarse en la geopolítica. Cláusulas sobre «prohibición de bienes producidos con trabajo forzoso» y el combate a «prácticas no mercantiles» utilizan un lenguaje típico de EE.UU. para desplazar a China de las cadenas de suministro.
Asimismo, el compromiso de «estabilizar el comercio mundial de soja» podría impedir futuras políticas de promoción de exportaciones (como un nuevo «dólar soja»), mientras que la cooperación en «minerales críticos» asegura a Washington el acceso a recursos estratégicos como el uranio, sin exigir industrialización local.
Opacidad y Bypass al Congreso
El procedimiento elegido por el gobierno argentino es otro punto de crítica. La versión más detallada del acuerdo fue publicada por la Casa Blanca, mientras que la Oficina del Presidente se limitó a un comunicado breve con «supuestos aspectos positivos que no aparecen en el comunicado oficial» estadounidense.
Peor aún, el acuerdo comercial parece seguir el mismo camino opaco del swap financiero con el Tesoro de EE.UU., eludiendo la deliberación y aprobación del Congreso de la Nación, único órgano con atribuciones constitucionales (art. 75) para legislar en materia aduanera y aprobar tratados internacionales.
Conclusión: Un Mal Negocio con Procedimiento Ilegítimo
El análisis pinta un panorama sombrío: un marco comercial que prioriza los intereses estratégicos y económicos de los Estados Unidos, ofrece contrapartidas mínimas a Argentina, sacrifica la industria nacional y compromete la soberanía, todo mediante un proceso que carece de transparencia y busca evitar el control parlamentario. Lejos de ser un «privilegio y un honor», como lo calificó el canciller Pablo Quirno, el informe lo presenta como una rendición silenciosa de las herramientas de desarrollo nacional.
El acuerdo explicado a un niño o niña de 10 años
La IA hoy nos permite jugar con el lenguaje, y pedirle que ajuste el texto para que sea comprensible a cualquier destinatario. Calle Angosta hizo el experimento de solicitarle a un par de inteligencias artificiales, que explique el acuerdo a un interlocutor que sería un niño de 10 años. Esto respondió:
¡Claro! Te lo explico como si fuera un juego de intercambio de figuritas, pero entre dos países: Argentina y Estados Unidos.
Imaginate que Argentina y Estados Unidos quieren hacer un «trato» para intercambiarse cosas.
Estados Unidos dice:
«¡Vamos a hacer un intercambio! Tú, Argentina, me das permiso para vender en tu país muchas de mis cosas sin pagar impuestos extra: mis videojuegos (tecnología), mis medicinas, mis autos, y hasta mi leche y pollo.
Además, cuando yo te venda algo, tú tienes que aceptar que cumple las reglas porque yo lo digo, sin revisarlo mucho.
Y por último, no puedes jugar mucho con China, otro niño del cole, porque a mí no me cae bien.»
¿Y qué le da Estados Unidos a Argentina a cambio?
Le dice: «Yo, a cambio, te dejo venderme un poco más de tus caramelos de carne (la carne vacuna). Y también te quito un impuesto pequeño que yo tenía sobre algunas piedritas y palitos que tú me vendes (recursos naturales).»
¿El problema?
¡Es un intercambio muy desigual!
- Argentina pone MUCHAS cosas valiosas en la mesa: abre sus puertas a casi todos los productos del otro.
- Estados Unidos pone MUY POCO y solo cosas que a él no le hacen competencia.
Es como si tú, para que te den una figurita más de tu álbum, tuvieras que regalar diez de tus mejores figuritas brillantes. ¡No es un buen negocio!
Además, Argentina ni siquiera le preguntó a todo su curso (que sería el Congreso) si quería hacer este trato. Lo decidieron unos pocos y lo anunciaron como si fuera lo mejor del mundo, cuando en realidad, muchos creen que Argentina sale perdiendo.
En resumen: Es un trato donde uno da mucho y recibe muy poco, y encima lo hace casi a escondidas.



