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Hablo con mi madre de 88 años sobre índice de inflación y poder adquisitivo

«Mamá, cuando hablamos de inflación baja, significa que los precios de las cosas que compramos no están subiendo tan rápido como antes. Pero aunque el índice general de inflación sea bajo, hay varias razones por las que sentimos que la plata no rinde igual. A ver si logro explicarme con algunos ejemplos.»

1. No todo sube igual

El índice de inflación es un promedio. Algunas cosas suben mucho más que otras, sobre todo lo que más usamos: comida, medicamentos o la luz. Esas subas son las que más afectan porque son cosas que necesitamos sí o sí, mientras que otras, como ropa o entretenimiento, no suben tanto.

Ejemplo: Pensemos en la comida: si el kilo de carne que antes costaba $2.000 ahora cuesta $2.500, subió un 25%. En cambio, las entradas al cine subieron solo un 5%. Aunque el promedio diga que todo subió un 10%, vos sentís que todo está caro porque gastás más en comida que en cine.


2. La plata se va en lo esencial

Las familias con menos ingresos, como los jubilados, destinan casi toda su plata a cosas básicas, como comida, medicamentos y servicios. Si esas cosas suben más que el promedio, se siente mucho más fuerte, porque no queda margen para gastar en otras cosas o ahorrar.

Ejemplo: Si tu jubilación es de $120.000 y usás $90.000 para comida y remedios, esos gastos ya son el 75% de tu ingreso. Si la comida sube un 10%, tenés que gastar $99.000, y eso deja menos para cubrir otras cosas, como la luz o un gusto.


3. Los ingresos no suben al mismo ritmo

Aunque la inflación sea baja, si tu jubilación no sube al mismo ritmo que los precios, se siente como si estuvieras perdiendo plata. Esto pasa porque los aumentos suelen llegar después de que los precios ya subieron.

Ejemplo: Supongamos que tu jubilación subió un 3%, pero los alimentos subieron un 5%. Aunque te aumentaron, no es suficiente para cubrir la diferencia, y terminás ajustando en otras cosas.


4. Los precios altos obligan a priorizar

Cuando todo está más caro y los ingresos no alcanzan, tenés que dejar de comprar ciertas cosas para cubrir lo más necesario. Esa necesidad de «priorizar» hace que parezca que la plata no alcanza para nada.

Ejemplo: Antes podías comprar frutas, carne y galletitas para la semana sin pensar. Ahora, con los mismos $10.000 que gastabas en la verdulería y la carnicería, solo podés comprar menos carne o elegir frutas más baratas. Aunque sigas comiendo, sentís que no alcanza porque ya no podés comprar lo mismo.


5. Tarifas y otros costos que no siempre se ven

Las subas en servicios como luz, agua, gas o transporte también afectan mucho, pero no siempre se reflejan del todo en el índice de inflación. Aunque el promedio sea bajo, esos costos son fijos y pesan cada vez más en el presupuesto.

Ejemplo: Si la boleta de luz pasaba de $5.000 a $7.000, ese aumento de $2.000 es mucho para una jubilación fija. Esos gastos no se pueden evitar, y entonces tenés que gastar menos en otras cosas, como salir o darte un gusto.


6. La gente ajusta por precaución

Aunque los precios no suban mucho, muchas personas gastan menos porque tienen miedo de que el futuro sea incierto. Esa sensación de que «la plata no alcanza» también viene de ajustarse por si acaso.

Ejemplo: Si antes te gustaba comprar un postre o unas flores cuando ibas al mercado, ahora quizás decís: «Mejor no, porque no sé cuánto voy a necesitar para el resto del mes». Aunque podrías comprarlo, elegís no hacerlo porque te preocupa quedarte sin plata.


7. El promedio no refleja la realidad de todos

El índice de inflación mide un promedio nacional, pero no todos los lugares o personas gastan igual. En provincias más alejadas o ciudades pequeñas, los precios de las cosas básicas suelen ser más altos que en Buenos Aires, por ejemplo. Eso hace que la sensación de que «todo está caro» sea mayor en algunos lugares.

Ejemplo: Si vivís en el interior y la leche cuesta $400 por litro, pero en Buenos Aires está a $350, sentís que todo está más caro, aunque el índice de inflación sea el mismo para ambos lugares.


Conclusión

«Mamá, aunque el índice de inflación sea bajo, el dinero alcanza cada vez menos porque las cosas que más necesitamos, como la comida, los remedios y los servicios, suben más rápido que el promedio. Además, las jubilaciones y otros ingresos no siempre se ajustan lo suficiente, y eso nos obliga a gastar menos en cosas que antes podíamos darnos el lujo de comprar. Por eso sentimos que la plata ya no rinde como antes.»

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