Ciencia en San Luis: episodio 20

Por Lic. Guido Tonelli. Área de Comunicación CCT CONICET San Luis.
En este episodio, conocemos a Celeste Aguirre Pranzoni, quien junto a su equipo de trabajo revolucionan el uso de residuos orgánicos con tecnología basada en hongos. Materiales biohíbridos, ciencia aplicada y cómo la investigación puede cambiar el mundo desde San Luis. El Grupo de Materiales Biohíbridos tiene fortaleza en el conocimiento y la caracterización en Micomateriales. Forma parte del BioMat a cargo del Dr. Ariel Ochoa. Ella integra este grupo de trabajo desde el año 2016 y actualmente es Investigadora Asistente. “Mi tema de investigación es el desarrollo de materiales biohíbridos, una tecnología basada en hongos: la tecnología fúngica. Con ese tema ingresé a la carrera científica del CONICET. Me interesó trabajar e inclinarme un poco más hacia la ciencia aplicada”.
Es en ese camino donde Aguirre Pranzoni conoce al Dr. Ochoa. “Su grupo me abrió los brazos y me permitió indagar en el mundo de los biomateriales. Allí, inicié un posdoctorado modificando químicamente biopolímeros”, sostiene la investigadora del INTEQUI y agrega: “en ese proceso de crecimiento personal y profesional, también fueron creciendo mis curiosidades. Llegó el punto en que debía elegir mi camino y encontrar mi identidad científica. Fue entonces cuando propuse trabajar con la tecnología basada en hongos, para construir biomateriales distintos de los biopolímeros que ya trabajaba el grupo: materiales propiamente basados en hongos. Ustedes se preguntarán: ¿cómo pueden ser materiales basados en hongos? Sí, algunos hongos —un grupo selecto— tienen una biofibra, algo así como un cable coaxial microscópico y vivo. Es una fibra con múltiples capas que, mientras tenga vida, puede moldearse para crear materiales”.
Esta tecnología emergente basada en hongos tiene un enorme potencial para revalorizar residuos de distinta índole como lo son los residuos orgánicos altamente problemáticos (por ejemplo, los agroindustriales). “Esta tecnología permite combinar la biofibra con esos agroresiduos, transformándolos en nuevos materiales y posicionándonos por encima del reciclaje. ¿Qué significa esto? Que el reciclaje mantiene la huella de carbono, mientras que la revalorización devuelve el carbono de la atmósfera a la Tierra. ¿Y por qué puede lograrse esto con tecnología basada en micelio o en hongos? Porque los hongos son, por naturaleza, los descomponedores del ciclo de la vida: cierran ese ciclo y devuelven el carbono a la Tierra, algo que nuestro planeta necesita urgentemente”.
La investigación del Grupo de Biomateriales comenzó en el año 2020, con el ingreso a la carrera de investigación de la Dra. Aguirre Pranzoni. En un contexto de pandemia se trataba de una situación al menos complicada. “Fue una etapa compleja, pero logramos valorizar residuos de la industria cervecera. Recientemente, estamos trabajando con residuos de la industria del cannabis. ¿Qué tienen en común estos residuos y por qué son importantes? Porque existe un beneficio directo y social para el sector industrial. Por eso, se considera que esta tecnología tiene alto impacto social y tecnológico”, añade.
Aportan beneficios al sector productivo, ya que contribuyen a reducir su huella de carbono y volverse más eco-friendly. A ello, suma: “Así, las empresas y los investigadores dejan de ver los residuos orgánicos como basura y comienzan a valorarlos. Incluso pueden cotizarse. Las propias empresas podrían decidir reemplazar sus embalajes de plástico, Telgopor o materiales de construcción por micomateriales: materiales a base de hongos. Esta tecnología permite reemplazos impresionantes, gracias a sus características de alta compresión y flexibilidad, siendo una alternativa real al plástico y a los derivados del petróleo”.
Se trata de una tecnología impulsada en la actualidad que busca posicionarse en Argentina. “Buscamos posicionarnos como una empresa de punta, afianzada en el conocimiento científico. No se trata solo de fabricar cosas, sino de comprender qué cepas de hongos son constructivas, qué residuos son realmente revalorizables y qué productos funcionales podemos ofrecer para fortalecer distintas industrias. Gracias a este tema de alto impacto social y tecnológico, hemos llevado nuestras investigaciones a charlas divulgativas en escuelas, empresas y bares, fuera del ámbito universitario y de los laboratorios. Esto ha acercado a productores, y ya firmamos un convenio I+D con una empresa productora de hongos comestibles. Con ellos estamos estudiando sus residuos para revalorizarlos, y estamos por firmar otro convenio con nuevas empresas”, alegó Celestre Aguirre Pranzoni.
La investigadora del Grupo de Materiales biohíbridos cree que no es imposible “Culturizar a la sociedad” sobre las herramientas tecnológicas que ofrece el sector científico-tecnológico. También destaca la importancia de hacernos responsables de la transmisión de esa esperanza. “Todos somos creadores desde donde estemos: estudiantes, becarios, posgraduados o postdoctorales. Si estás buscando hacia dónde orientar tu carrera, creo que la frase que nos reúne a todos los científicos es: Somos los que traemos soluciones. No traemos todas, pero colaboramos”, afirma. Alcanzar soluciones no es un trabajo individual, sino colectivo, en red, de trabajo institucional que en algunos casos alcanza problemáticas que se dan a nivel mundial, necesitando relaciones internacionales para avanzar.
Finalmente, la Dra. Aguirre Pranzoni resaltó que su trabajo es posible gracias al INFAP, el INTEQUI destacando a la Dra. Marcela Kurina Sanz, el profesor Dr. Carlos Tonn, el Dr. Ariel Ochoa y el Dr. Luis Cadús. “También a becarios e investigadores que han sido compañeros y amigos, fundamentales en mi formación. Mi agradecimiento es para todos los maestros que esta institución me ha dado. Y mi mensaje final es: ustedes pueden ser mejores que quienes hoy estamos trabajando aquí. Agradezco a quienes siempre están dispuestos a motivarnos para que crezcamos como personal científico, y especialmente por el apoyo económico e instrumental que la institución nos brinda”, agregó finalmente.