Lara estuvo en terapia intensiva, con pronóstico reservado, hasta la semana pasada. Tenía las vías respiratorias quemadas y no podía ni siquiera respirar por sus propios medios.
Además de las consecuencias propias del fuego, la mujer tenía cortes en el pecho y los brazos, heridas que se habría provocado con un cuchillo.
Pero el lunes pasado superó la terapia intensiva y fue trasladada a una sala común en el Hospital "Verónica Bailone", confirmó una fuente policial. Allí se mantuvo bajo asistencia de salud mental. Era solo cuestión de días para que los médicos le dieran el alta.
Los investigadores, bajo las órdenes del fiscal instructor Francisco Assat, no la han entrevistado para conocer su versión de lo que pasó la madrugada del incendio, en parte seguramente porque la mujer no está en condiciones psicológicas de hablar y porque todavía aguardan por el resultado final de la autopsia de Abril.
La duda sobre la causa del deceso de la pequeña surgió a partir del resultado preliminar de la necropsia. El estudio confirmó que la niña no tenía rastros de humo en los pulmones, por lo que la muerte por inhalación de humo quedó descartada. Según el informe del médico, la nena falleció por "una broncoaspiración, por un vómito", aclaró el fiscal Maximiliano Bazla Cassina.
Las averiguaciones determinaron que el domingo 12, Lara había comprado nafta en una estación YPF de La Ribera.
Las pericias de los Bomberos de la Policía establecieron que los focos de incendio fueron en el comedor, la cocina y un galpón, situado al fondo del domicilio. Eso y el hecho de que una mesa de algarrobo trabara la puerta de ingreso de la casa para que nadie entrara confirman aún más la hipótesis de que el fuego no fue accidental.