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Lo que se cifra en el nombre

Publicado el Viernes, 01 Abril 2022 15:56 Escrito por Rosa Roco

Después de batallar durante años con la inacción de la Intendente Comisionada del pueblo de Los Molles, doña Sandra Altamirano, sin que diera solución a los múltiples problemas planteados por las distintas comunidades de vecinos. Ni bien asumieron las nuevas autoridades, durante el año 2019, nos acercamos, con planteos que requerían acciones urgentes, tales como solucionar el tema de los cortes prolongados de agua potable que producía la Cooperativa de Agua de Cortaderas que duraban días y dichos cortes jamás se reflejaron en las facturas.

La mencionada Cooperativa cotizaba y cotiza la provisión de agua como si fuera excelente en calidad y cantidad. La persistencia de los vecinos logró que el municipio activara un principio de solución y este verano pudimos ver una gestión que se está encaminando a lograr una solución sino definitiva por lo menos duradera a nuestro problema más acuciante.

En otro orden de cosas, se planteó la necesidad de nomenclar las calles de los barrios, nuestra propuesta apuntaba concretamente al barrio Estación Villa Elena, ya que se tornaba difícil determinar la ubicación de las viviendas a propios y extraños. Se presentó un proyecto donde se sugería nombrar a las calles con la denominación de la flora nativa del lugar. Se hizo un relevamiento de las especies predominantes. No hubo capricho ni azar en los nombres sugeridos, sino razones fundadas.

Ahora bien, como este barrio que ahora es público, se gestó debido a la fraudulenta gestión de Doménico Colombo y asociados, como un club de campo, country, barrio cerrado, barrio privado, etc, etc. Su heredera y testaferros pretendían que la calle central del barrio llevara el nombre del comerciante de marras. Nos opusimos, con fundamentos legales y éticos. Entonces presentaron un proyecto con nombres de aves tales como tucán, avestruz, buitre, etc. Proyecto al que el señor intendente Hector Urquiza (recordemos que fue durante la administración anterior del actual intendente que, juntamente con Colombo iniciaron la cuestión de litis con Cortaderas, por lo que algunos vecinos tenemos boletos de compraventa donde se fija domicilio en Cortaderas y las escritura donde figura que pertenecemos a Los Molles) dio rápido despacho ignorando el proyecto presentado con anterioridad. Ignoramos que sentimientos e intereses se movilizaron a la hora de autorizar tan desatinado proyecto.

Como soy la cara visible que reclama, demanda, peticiona ante el municipio, he sido premiada con un cartel con el nombre de Buitre, así se denomina la calle donde vivo. Es vox populi que el buitre es un ave carroñera que se alimenta de cadáveres. Las connotaciones negativas que tiene el ave y cuyo nombre se usa como agravio, burla o para ejemplificar una dolorosa realidad de nuestro país como es estar vulnerados por los llamados “fondos buitres”, ha sido una elección deliberada que afecta el buen nombre y honor de las dos propietarias que habitamos esa calle y que hemos tenido un rol batallador en la consecución de algunos logros para nuestro barrio.

Nuestro barrio es visitado a diario por distintas especies de aves nativas, tales como jilgueros, zorzales, calandrias, horneros, cardenales, chingolos, teros, monteritas, lechuzas, etc, etc. Entonces pregunto ¿cuál fue el afán de designar con nombres de fauna exótica y algunos con connotaciones negativas como el que menciono en esta nota?. Ignorancia?, mala leche?, devolución de favores?.

Sea como fuere, el municipio tendrá que rendir cuentas de la poco feliz y agraviante decisión que tomó.

Rosa Roco

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