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San Luis 428

Publicado el Jueves, 25 Agosto 2022 09:13 Escrito por Osvaldo Bianchi

No hace tantos años, cuando cualquiera de nosotros éramos chicos y chicas, la ciudad ni por asomo era lo que es hoy. Claro, la enunciación parece una obviedad, pero bueno es acudir a la memoria para tomar conciencia de dónde estamos situados. 

Cuando se fundó la ciudad capital de San Luis, 428 años ha, la historia nos cuenta un proceso con altos y bajos: acta extraviada, refundación por cuestiones climáticas, nombres relacionados a la geografía y un ímpetu bien marcado hacia el desarrollo (en otrora, "corriente colonizadora") más tarde destacado por Urbano J. Nuñez como "acostumbrada a crecer en soledades, urgida de progreso"...
El escudo destaca dos palabras: leal y generosa. En ese contexto aparecimos nosotros, con nuestras particularidades como la mixtura ranquel y la Calle Angosta, pero en nada ajena a ese derrotero que nos ha llevado a crecer casi impensadamente; no hace tanto, por decir algo, había apenas un par de cines y poca recreación social.
Cierto es que la densidad poblacional era apenas como una astillita de lo que es hoy, pero de alguna manera hemos ido al ritmo de lo que el progreso nos impone: hospitales, escuelas, caminos, tecnología... Y hemos sido consecuentes en ser generosos al haberle abierto las puertas y seguir abriéndoselas a los y las compatriotas tras la radicación industrial o a un simple proyecto de vida buscando nuevos horizontes; hemos sido leales al brindarles cogollos y manos y brazos abiertos para lo que gusten mandar.
Nos queda por delante sostener ese cometido aunque sin desprendernos de lo que hoy nos toca vivir: todo lo bueno por venir depende pura y exclusivamente de nosotros y nosotras; lo que pase a la par de nuestras casas se replica en el orden comunitario barrial, en la ciudad, en la provincia y en el país.
Nosotros y nosotras decidimos con nuestra elección si queremos que todo eso bueno por venir alcance a todos o a unos pocos; y ello implica ser leales a la única vara de la verdad, por poner un ejemplo, impidiendo -nada más y nada menos- que la justicia sea institucionalmente arbitraria; generosos y coherentes con nuestras acciones porque la omisión también puede ser cómplice.
Que nada empañe nuestro Viva San Luis! 
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