Cuando era niño y me aplicaban colonia después del baño, me ponían una fragancia odiosa; repulsiva, como la que está transformando gradualmente nuestra Patria después de una serie de actos mórbidos, falaces, desquiciados y caprichosos. Ya hemos mencionado una serie de hechos que, poco a poco, nos están llevando a la ruina; a veces me prometo no escribir... o mejor dicho, no pensar para no escribir, pero la debilidad humana hace que caiga en la tentación de abrir los ojos y reconsiderar la realidad.

Viste que tener un cero kilómetro es fantástico; todo perfecto, todo funciona y hasta el olor tan particular nos llena la mente y el ánimo de ponderación; con decirte que se siente como que uno conduce mejor! Ahora, ¿te acordaste que hay que echarle nafta (esa que ahora indiscriminadamente aumenta porque la misma hace tres meses era fea), pagar un seguro mucho más caro, impuestos más elevados...

Los argentinos hemos pasado por crisis socioeconómicas graves y de gobernabilidad. La gobernabilidad requiere de estabilidad política; sin ella, la crisis económica se agudiza y la social estalla. Desde hace décadas sufrimos desigualdad, con un postergamiento social enorme. Asistimos al resultado de una polarización política y social extrema.

¿Cómo andamos? ¿Está todo bien? ¡Ponele que sí! Viste que levantar una pared lleva su tiempo y esfuerzo; es un proceso, es decir, nunca un soplar y hacer botellas, sino un paso a paso en el que se conjugan materiales, condiciones e idoneidad de quien la construye, porque sola tampoco se hace.