Vivir entre humedad y moho: el riesgo silencioso que amenaza la salud

Humedad persistente en las paredes, olor a moho que no desaparece y manchas negras que se extienden por techos, muebles y cortinas. Para muchas familias, estas no son señales pasajeras del invierno, sino una constante en su vida cotidiana. Y los efectos sobre la salud pueden ser graves.
Médicos y especialistas advierten que vivir en ambientes con exceso de humedad y presencia de moho puede afectar el sistema respiratorio, debilitar el sistema inmunológico y empeorar enfermedades preexistentes. Los más vulnerables: niños, adultos mayores, personas con asma o alergias, y embarazadas.
“Cuando el moho se instala en una casa, libera esporas microscópicas que quedan en el aire y se respiran constantemente. Esto puede provocar desde rinitis y tos crónica hasta crisis asmáticas o infecciones respiratorias severas”, explicó un neumonólogo consultado.
Consecuencias para la salud
Entre los síntomas más frecuentes provocados por la exposición al moho y la humedad están:
- Tos seca persistente
- Irritación en los ojos, nariz o garganta
- Dificultad para respirar o sensación de opresión en el pecho
- Dolor de cabeza frecuente
- Erupciones o alergias en la piel
- Fatiga o malestar general
En personas con cuadros previos de asma, EPOC o alergias respiratorias, el moho puede empeorar los síntomas o volverlos incontrolables. Incluso puede desencadenar asma en niños que antes no la presentaban.
¿Por qué se forma el moho?
El moho prolifera en espacios donde hay humedad acumulada, poca ventilación y superficies porosas. Fugas de agua, filtraciones en techos, mala aislación térmica y la falta de sol en ciertas habitaciones son condiciones ideales para su aparición.
Una vez instalado, el moho no desaparece con limpieza superficial. Requiere tratamiento especializado y, en muchos casos, obras de reparación estructural para eliminar la fuente de humedad.
Más allá del invierno
Aunque el frío y la lluvia intensifican el problema, muchas viviendas con mala construcción o falta de mantenimiento sufren humedad durante todo el año. La situación se agrava en barrios donde las condiciones habitacionales son precarias y las familias no pueden acceder a soluciones definitivas.
“Dormimos con olor a moho todos los días. Mi hija vive con congestión y no sabemos más qué hacer. La casa tiene hongos hasta en los colchones”, relató una vecina de San Luis capital que convive con este problema desde hace más de un año.
¿Qué hacer?
Frente a este escenario, los expertos recomiendan:
- Ventilar todos los días, incluso en invierno.
- Utilizar deshumidificadores o calefacción adecuada.
- Limpiar con productos antifúngicos (como lavandina diluida).
- Revisar filtraciones y techos con humedad.
- Evitar secar ropa en el interior.
- Consultar al médico ante síntomas persistentes.
Además, en casos extremos, las autoridades de salud o vivienda pueden intervenir si se acredita que la vivienda representa un riesgo sanitario.