La revista Time incluyó al presidente argentino Javier Milei en su lista de las 100 personas más influyentes de 2024. Fue reconocido en la categoría de "líderes" como un "icono global de la derecha". Time destacó su victoria electoral sin experiencia gubernamental previa y sus ideas económicas radicales libertarias. La revista también mencionó la grave situación económica de Argentina, con una inflación de tres dígitos y un 40% de pobreza, como factores que impulsaron su ascenso al poder.
Estamos viendo el brillo de estrellas que murieron millones de años atrás... Con las ideas de los libertarios pasa lo mismo: atrasan y son parte de un modelo económico feroz que ha construido un entramado jurídico, educativo, político, religioso y mediático. Desde los esclavistas hasta los saqueadores del medio ambiente y los apropiadores de la riqueza generada por los trabajadores y trabajadoras, todos forman parte de ese linaje y esa historia que inevitablemente se extingue. Este espejismo de la ultraderecha y el anarco-capitalismo se desvanecerá en poco tiempo.
En un País como el nuestro, si hay crisis socioeconómica y de gobernabilidad –como ahora- la situación requiere más credibilidad social que política. La desigualdad subsiste, es enorme, y la concentración de riqueza de las minorías sigue aumentando escandalosamente. Hay una impúdica, inmoral y frívola ostentación mientras hay gente que no tiene qué comer, que no tiene techo, ni trabajo, ni remedios.
Ahora que el gobierno maliciosamente habla contra los políticos, acusándolos de “casta”, de “minoría aprovechada” y otros epítetos, en realidad lo que está atacando es al Pueblo en general, y ataca a la Política para que el Pueblo se inmovilice, se paralice y no pueda tener herramientas para reaccionar y hacer frente al vergonzoso saqueo que sufre.
Los argentinos hemos pasado por crisis socioeconómicas graves y de gobernabilidad. La gobernabilidad requiere de estabilidad política; sin ella, la crisis económica se agudiza y la social estalla. Desde hace décadas sufrimos desigualdad, con un postergamiento social enorme. Asistimos al resultado de una polarización política y social extrema.
Los errores más comunes que cometemos en los análisis políticos son los reduccionismos devenidos de prácticas políticas obsoletas, de visiones ideológicas y filosóficas llevadas hasta el dogmatismo, que impiden ver la movilidad, versatilidad y particularidad del ser y estar de los acontecimientos sociales.
Asistimos a fenómenos nunca vistos en Argentina. Se han derrumbado los cánones pretendidamente sociales y pretendidamente compartidos de la cultura, la política y la moralidad. No podemos afirmar con honestidad que, al constituirnos como Nación desde la Revolución de Mayo, llegamos a un País con una identidad definida.
Nos preguntamos por qué ganó Milei, como si su triunfo en las PASO fuese un fenómeno. ¿Fue un fenómeno el triunfo de Milei? El fenómeno es algo que aparece, que no estaba previsto, que no se lo esperaba, pero esto fue un fenómeno sólo para algunos sectores, los que estaban adentro de cuatro paredes; sin embargo, para los más humildes, los de clase media baja y la mayoría de los jóvenes de todas las clases sociales, no había sorpresa; estaba claro que Milei era su elección. Los que no lo tenían en claro eran la clase media mediana y alta, si podríamos estratificarla así. No obstante, un hegemónico pensamiento autoritario se expresó en todos estos sectores. En los primeros, con Milei, y en los segundos, con Bullrich. No fue un fenómeno; fue una consecuencia.
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