Hace un par de años me convocaron a hablar sobre el movimiento sindical en Latinoamérica y en Argentina, con una impronta marcada en el 1 de mayo, día del trabajador -que no del trabajo- en homenaje a los conocidos mártires de Chicago.
Elegí un enfoque que espero les resulte atractivo. Les propongo que repasemos los episodios que nos conformaron como Movimiento Obrero, desde la mirada que diferentes artistas realizaron sobre esos momentos. Espero que les resulte interesante. Allá vamos.
El 1º de mayo de 1886 comenzó en Chicago un movimiento en reclamo de las ocho horas de trabajo. La manifestación fue brutalmente reprimida y terminó con la ejecución de cuatro trabajadores anarquistas, ahorcados tras un proceso irregular el 11 de noviembre de 1887. En 1889, la Segunda Internacional decidió instituir el Primero de Mayo como jornada de lucha para perpetuar la memoria de los trabajadores que murieron luchando por una jornada de ocho horas. En el país, la primera conmemoración tuvo lugar el 1º de mayo de 1890.
Los datos fríos indican que hubo cuatro ejecutados en cumplimiento de la pena capital que se les aplicó - que fueron cinco en total porque uno se suicidó en su celda- y varios condenados a cadena perpetua -quienes años más tarde fueron indultados por el presidente de los estados Unidos.
Estaban demandando el fin de las jornadas laborales de entre 16 y 18 horas, la eliminación del trabajo de menores de catorce años y la obligatoriedad del descanso semanal de 36 horas, entre otros tópicos.
José Martí, que en ese tiempo estaba trabajando como corresponsal en Chicago para el periódico argentino La Nación lo narro así;
...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...
Ernesto de La Cárcova
Sin pan y sin trabajo es el primer cuadro de tema obrero con intención de crítica social en el arte argentino. El cuadro responde a un estilo naturalista y a una temática que tuvieron una importante presencia en los salones europeos de los años finales del siglo XIX: grandes pinturas resueltas en tonos sombríos que desplegaban escenas dramáticas de miseria y de los contemporáneos conflictos sociales urbanos. De La Cárcova se había afiliado al recién creado Centro Obrero Socialista (antecedente inmediato del Partido Socialista, fundado dos años después). La crisis de 1890, provocó una significativa afluencia de inmigrantes europeos que en busca de trabajo en Buenos Aires y en el resto del País y esto comenzaba a percibirse en forma conflictiva.
De la escena representada podemos extraer mucha información y, sobre todo, comprender la situación social del momento en que se creó. Veamos: la posición inestable y el alargamiento de la espalda del obrero, la inclinación de la silla en que se apoya y de la mesa (que no responden a un esquema riguroso de perspectiva) generan tensión hacia el gesto de la mano que aparta la cortina y centra la atención sobre la escena que se desarrolla en la veduta (vista) del fondo: un conflicto entre obreros y guardias a caballo, frente a una fábrica cerrada e inactiva. El plano inclinado de la mesa vacía, plenamente iluminado, presenta también un foco de interés en el que se destacan las herramientas, inútiles. La figura de la mujer con el niño en brazos, a la derecha de la composición, con un regazo extraordinariamente amplio y una expresión vacía en el rostro, funciona como contrafigura de la tensión dramática del obrero.
Esta obra nos está haciendo una crónica del modo de vida y de la relación obreros / patrones en el fin del siglo 19 y los primeros años del siglo 20. La situación en Argentina va a seguir la línea ideológica que aportan los inmigrantes europeos. Y en 1890 se van a reunir unos 2.000 asalariados argentinos para conmemorar el episodio de Chicago. Se evidenciaron dos facciones bien diferenciadas: socialistas y anarquistas. Más aún, podríamos asegurar que esta primera etapa del movimiento sindical se caracterizó por la acción sindical anarquista mientras que el anclaje político lo aportó el socialismo.
Lo de la acción sindical anarquista se comprueba en los años sucesivos: 1905, acto frente al Teatro Colón arroja un saldo de 4 manifestantes muertos y 50 heridos.
Un informe policial da cuenta de la detención de un obrero anarquista al que se lo encontró "famélico, en grave estado de desnutrición". El oficial escribiente detallaba que entre las pertenencias del detenido se encontraron 100 pesos y que al ser interrogado se le preguntó por qué no había usado parte de ese dinero para alimentarse; el detenido contestó con toda su poderosa y ejemplar humildad: "esa plata es del sindicato, de mis compañeros que tienen tanto hambre como yo pero dan lo poco que tienen para la causa redentora de la humanidad, para que sus hijos vivan un mundo que merezca ser vivido".
En 1909 la convocatoria del 1 de mayo se realiza en Plaza Lorea y culmina con 14 muertos y más de 80 heridos. Este episodio tendrá como protagonista al Coronel Ramón Falcón, responsable de la represión que dejó el luctuoso saldo. Logra unir en el repudio a anarquistas y socialistas y se desarrolla toda una semana de refriegas, escaramuzas, enfrentamientos con la policía y ocho días de inactividad industrial y comercial de Buenos Aires en una de las actitudes más enérgicas y duraderas que registra el movimiento obrero argentino y que se conoció como la “huelga general de la semana de mayo”. Meses después una bomba anarquista arrojada por Simón Radowitsky mató al coronel Falcón y a su secretario. La represalia no se hizo esperar; expulsaron del territorio nacional a los militantes obreros extranjeros y encarcelaron por centenares a los argentinos.
Antonio Berni
Estas dos obras de 1934, de un estilo conocido como “nuevo realismo” o “realismo social”. Manifestación y Desocupados, reflejan la crisis que asoló al país en la década de 1930, tras el golpe de Estado que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen.
Son años muy difíciles en el mundo después de la caída del sistema financiero y en la Argentina un golpe militar había derrocado el gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen. Las huelgas, la creación de la central obrera, la desocupación, el fraude electoral, el avance del fascismo y las persecuciones políticas marcaron el contexto en el que la pintura de Berni se transforma; asimila hondamente esta crisis, a tal punto de impregnar su pintura (aproximadamente hasta los ‘40) de denuncias de injusticia social, en telas de dimensiones heroicas.
Con respecto a Manifestación, hay que decir que es de una armonía y equilibrio superlativos. La superposición de rostros y expresiones dentro de una perspectiva acelerada desde una vista elevada hacen de Manifestación es una pintura emblemática del arte nacional. Cada uno de los rostros posee una expresión propia. Así, la enorme manifestación que reclama "Pan y trabajo" (referencia inequívoca al cuadro emblema del realismo social argentino, Sin pan y sin trabajo, de Ernesto de la Cárcova) no se transforma en una masa uniforme, sino que está compuesta por individuos.
Manifestación es una pintura realizada sobre tela de arpillera, de 2 metros y medio por 1 ochenta.
En primera línea, dos hombres que miran hacia arriba pero a diferentes lugares. Probablemente a las oficinas de la empresa frente a la cual protestan y donde se encuentran los burócratas capitalistas que les niegan el trabajo. El hombre de camisa anaranjada proyecta una mirada enfurecida que también se eleva, pero en sentido opuesto, supuestamente hacia los techos, en donde una banda de matones armados estaría acechando a la multitud con sus armas en alto.
Hay una cara de una joven morena de ojos marrones, con sus pómulos y frente ostensiblemente iluminados, con la mirada perdida en el grupo de policías que protegen a los edificios en cuestión. Por detrás, un hombre moreno, barba y bigotes canosos, observa con desconfianza los movimientos de otro grupo de policías que se mueve por la esquina. Un hombre de pelo rojizo y abundantes arrugas, y otro del que sólo percibimos el ceño fruncido, su barba y bigotes blancos, y su boina gris, ubican sus miradas fuera del recuadro, presuntamente también en dirección a la esquina.
Finalmente, alcanzamos en el centro de la imagen al último par: por un lado, el viejo de la boina rojiza que nos mira, y por el otro al niño vestido de amarillo supuestamente sostenido por la mujer rubia. Son las dos únicas miradas que se dirigen a nosotros, se dirigen hacia nosotros para interpelarnos.
En Desocupados la minuciosidad de los detalles de los personajes que están durmiendo en primer plano. Pliegues y texturas en la descripción de la ropa, luces y sombras en el tratamiento de los rostros y la proporción de los cuerpos. ¿Qué esperan esos hombres de brazos quietos y mudos, sin decir nada? Un trabajo. Hay una sola palabra escrita en la obra. A propósito, Berni deja entrever sólo una parte: "fe", dice. Lo que expresa la voluntad de estar allí, siempre allí, esperando una respuesta. Desocupados también está pintado sobre arpillera y es aún más grande: 3 metros por 2,20.
La situación que se evidencia en las dos obras de Berni van a permanecer vigentes hasta 1943 cuando Juan Domingo Perón ocupará la Secretaría de Trabajo y Previsión. Perón participó activamente en el golpe que derrocó al gobierno de Ramón Castillo.
Entre 1943 y 1945 Perón desarrolló una intensa tarea desde la Secretaría de Trabajo y Previsión tendiente a captar la voluntad política de los trabajadores. Hizo aprobar decretos-ley de vital importancia en el campo laboral. El poder de Perón iría creciendo junto con su popularidad. En 1944 el general Edelmiro Farrell desplazó de la presidencia al general Pedro Ramírez y nombró a Perón Ministro de Guerra primero y Vicepresidente cinco meses después. Algunos sectores militares vieron con preocupación la creciente influencia del Coronel.
Perón fue obligado a renunciar a principios de octubre y detenido y trasladado a la Isla Martín García. El 17 de octubre de 1945 miles de trabajadores provenientes del cordón industrial del Gran Buenos Aires ocuparon la Plaza de Mayo decididos a no moverse hasta que Perón apareciera en los balcones de la Casa Rosada. Por la noche finalmente el Coronel pudo estrenar su saludo con los brazos en alto. Perón se había impuesto y ya ocupaba un lugar destacado en la política nacional.
Pocos días después, ocurrieron dos hechos significativos para la historia del peronismo: la creación del Partido Laborista por parte de los sindicatos peronistas para lanzar la candidatura de Perón y el casamiento de éste con Eva Duarte, una joven actriz de radio que vivía con Perón desde hacía algunos meses.
Juan Domingo Perón asumió la presidencia el 4 de junio de 1946 aunque en realidad hacía un tiempo que se habían iniciado las acciones que modificarían radicalmente las relaciones entre los trabajadores y el Estado. Concretamente, la sanción del decreto 23.852/45 sentó los fundamentos básicos del llamado “modelo sindical argentino”, y se inició en nuestro país la etapa del reconocimiento jurídico o institucionalización de las asociaciones sindicales de trabajadores.
Este decreto, emanado del gobierno militar que asumió el poder luego del golpe militar del 4 de junio de 1943, estableció las bases estructurales de dicho modelo, desde el punto de vista jurídico, que han de reiterarse en la casi totalidad de los cuerpos legales que, desde entonces, regularon la constitución y funcionamiento de las asociaciones sindicales y que se conservan en la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales de Trabajadores aprobada en 1988 y vigente en la actualidad.
Estos rasgos característicos que distinguen lo que se ha dado en llamar “modelo sindical argentino”, tal vez en oposición a lo que puede considerarse el “modelo sindical europeo”, han sido identificados y enumerados por Néstor T. CORTE de esta manera:
El derrotero del movimiento obrero argentino ha sido de gran riqueza histórico política, pero toma su gran fuerza a partir del primer peronismo. Tan es así que entre los sindicatos reunidos por la CGT pasaron a tener en su conjunto de 80.000 afiliados en 1943 a 4.000.000 de afiliados en 1955.
Estos derechos de los trabajadores adquirieron rango constitucional en la Constitución reformada de 1949. Con estos reconocimientos, el movimiento obrero abandonó la actitud exclusivamente confrontativa que había tenido hasta ese momento. En el caso de nuestro país como en muchos otros, la primera actitud de las organizaciones obreras fue el rechazo terminante a la política de acuerdo social o a cualquier forma de acercamiento al Estado, tomando como fundamento para tal rechazo el principio de acción directa hasta ese momento adoptado por gran parte del movimiento obrero. Por otro lado, un sector importante de la burguesía también rechazaba cualquier forma de concesión a los trabajadores, propiciando las políticas de Estado mínimo y de represión al movimiento obrero.
La centralidad de los trabajadores en la concepción del peronismo se comprueba en la conformación de su herramienta política, de la que aseguran, el movimiento obrero es su columna vertebral. Las características de las obras también hablan del lugar que se le asignaba. Lo que pasó con estas obras después del golpe del 55 que derrocó al líder, también ofrecen una lectura sobre el profundo odio y rechazo que produjeron esos reconocimientos de derechos hacia los humildes y postergados.
Leone Tommasi creó un conjunto de cinco esculturas en mármol de 2,2 x 2 metros de base, 4 metros y medio de alto y 35 toneladas cada una. Estas piezas, del peso de un elefante africano, materializaban las emociones e imágenes de redención e igualdad nacidas a partir de octubre de 1945: La Independencia Económica, El Conductor, El Justicialismo, La Razón de mi Vida y Los Derechos del Trabajador.
Al ser derrocado Perón en 1955, algunos monumentos fueron guardados en los galpones del Servicio Nacional de Arquitectura en el Dock Sur. Otras estatuas fueron destruidas por los golpistas, decapitadas y con los brazos rotos fueron arrojadas al Riachuelo. Décadas después, obreros de Obras Públicas a algunas las rescataron. Adornan hoy los jardines del Museo Histórico 17 de Octubre, Quinta San Vicente en San Vicente Pcia.de Bs. As.
En Julio de 1951, Eva Perón impulso la construcción de la obra más alta, pesada y costosa del mundo: "tiene que culminar con la figura del descamisado, y en el monumento mismo, haremos el museo del peronismo". El escultor italiano Leone Tommasi diseñó entonces una especie de Coloso de Rhodas, obrero de 60 metros sobre una base de 77 metros, superando a las esculturas antropomorfas más grandes que existen: el Cristo Redentor de Río de Janeiro (mide 38 metros de altura) y la Estatua de la Libertad (que mide 46 metros de altura). Alrededor habría parques con estatuas dedicadas al amor, la justicia, la niñez y la ancianidad. Debajo del descamisado, un altar de plata donde descansaría Evita, cuya tapa se levantaría para mostrarla dentro de una caja de cristal. En la cima, un mirador al que se podría acceder por cualquiera de sus 14 ascensores. Y en su base una basílica grecorromana con paredes de mármol que graficaría la era peronista.
Cuando vio la maqueta, Evita (que ya agonizaba) propuso reemplazar al descamisado por ella misma "así yo me sentiré siempre cerca de mi pueblo y seguiré siendo el puente de amor tendido entre los descamisados y Perón". Imaginar a una Eva más grande que atraía a muchos, pero su fisonomía no correspondía con las dimensiones faraónicas requeridas. Tras su muerte, el General Perón sanciono un decreto que disponía erigir el monumento en dos años y levantar una replica en cada provincia. El dinero para financiar la obra seria donado por el pueblo, que podría depositar sus aportes en una cuenta especial del Banco Nación.
Primero se pensó en levantarlo en Plaza de Mayo, pero al final el lugar elegido fue cerca de las avenidas Figueroa Alcorta y Pueyrredón. En 1955 la empresa Wayss & Fritag comenzó las excavaciones. Perón puso la primera cucharada de cemento. Poco después su gobierno cayó y los militares rellenaron el pozo en apenas una noche, para luego montar fuentes y juegos infantiles. Hoy se encuentra allí el monumento Floralis Generica.
Ricardo Carpani
Este artista sostuvo una intensa actividad de colaboración con el movimiento obrero argentino, trabajó junto a diversas organizaciones como la Federación Argentina de Trabajadores de las Artes Gráficas (FATAG), el Sindicato de Obreros de la Alimentación, la Central General de Trabajadores (CGT) y, a partir de su conformación en 1968, para la CGT de los Argentinos. Ricardo Carpani es uno de los pocos artistas que traspasó las fronteras del ambiente artístico, para ser parte del imaginario cultural de los años 60 y 70, protagonizó la efervescencia revolucionaria a través de sus afiches, que son como una marca de identidad tanto generacional como de época.
Sus obreros son inconfundibles, poblaban las paredes, y nos interpelaban desde folletos, volantes, tapas de libros, revistas y discos.
Él supo representar la fuerza del trabajador, sus brazos, sus gestos, el puño en alto, dentro de un colectivo.
Al dibujar a uno Carpani dibujaba a todos, ya no era el obrero frágil flaco y solo, en sus líneas supo representar el empoderamiento de clase, el cambio de paradigma, los ojos de futuro en una manifestación, el poder de un movimiento que se alzaba y generaba el Cordobazo. Se despegó de la representación del obrero pobre y desvalido, de posguerra y también de un realismo socialista, para crear una imagen netamente nacional que expresaba los anhelos populares. Sus trabajos inspirados tanto en el muralismo mexicano como en el ecuatoriano Osvaldo Guayasamín, lograron separarse de la figura del explotado, de principio de siglo XX, para construir ese personaje colectivo que es uno y es multitud, con la fuerza en las manos hechas piedra, dibujó el rostro de las luchas populares y reflejó como pocos una realidad incandescente.
Con posterioridad al Golpe de Estado de 1955, el movimiento obrero se erigió como base de lo que, históricamente, se ha dado en denominar “la resistencia peronista”, la que tampoco estuvo exenta de divisiones que se identificaron con la CGT Vandorista y la CGT de los Argentinos. Desde principios de la década del sesenta al interior del sindicalismo nacional, se fueron perfilando dos posturas: una “participacionista” y otra “confrontacionista”. El ala participacionista buscaba la negociación y no el enfrentamiento con el Estado, para preservar al sindicalismo. Los “confrontacionistas” o “combativos” adquieren relevancia a partir de 1969, alcanzando más adelante una clara definición anticapitalista y socialista. Estas diferencias llegaron al punto de dividir la CGT. Según las calles sobre las que se ubicaban las sedes, CGT Paseo Colón, de carácter combativo, era dirigida por Raimundo Ongaro. La CGT Azopardo, formada por los sindicatos denominados participacionistas, fue dirigida por Augusto Vandor
Diana Dowek
La obra de Dowek está ligada a esta experiencia fundamental del cine, del cual tomará las vistas panorámicas y a vuelo de pájaro.
Su imagen pictórica se liga a la impronta del registro televisado de una crónica y la composición plástica está ligada al montaje cinematográfico, ya desde sus primeros trabajos en la serie Pinturas de la insurrección de 1973 donde la imagen de las protestas estudiantiles y obreras que marcaron un hito a finales de los sesenta, como la movilización obrera- estudiantil de 1969 producida en la capital de la provincia de Córdoba, Cordobazo. Hasta mediados de los años setenta, su imagen mantiene el carácter de la crónica periodística de los medios audiovisuales.
Compuestas como diferentes “tomas” a vuelo de pájaro y luego ensambladas como diferentes secuencias, nos permiten observar como testigos privilegiados el enfrentamiento entre los manifestantes y los grupos policiales que avanzan para reprimir. Este clima agresivo está reforzado por una paleta casi monocromática, en general de valores bajos.
La lectura es simple y una constante que caracteriza en general toda su producción , es la síntesis discursiva, cercana a una especie de minimalismo. Sólo se destaca con una pequeña nota de color entre las cebras, las líneas amarillas de señalización vial que contrastan con su fría geometría con los grupos humanos apenas bocetados, que en conjunto y por desplazamiento en masa, transmiten al espectador el ritmo de una corrida.
En estos años de dictadura cívico militar, el movimiento obrero fue perseguido y reprimido. Las leyes que regularon las relaciones laborales. Ya desde el “Acta para el Proceso de Reorganización Nacional” se suspendieron por tiempo indeterminado las negociaciones de las comisiones paritarias; la ley 21161 de marzo del 76 suspendió el derecho de huelga y de toda medida o acción directa. Por la ley 21274 se decretó la prescindibilidad de los empleados públicos, la ley 21278 suspendió la vigencia del estatuto docente y se modificó (para perjuicio de los trabajadores) la ley de contrato de trabajo.
La intervención de la CGT, que se extendió por todo el periodo de gobierno castrense, fue dispuesta por el comunicado Nro. 58 de la Junta Militar. A través de las disposiciones del Ministro de Trabajo Tomas Liendo se intervinieron las principales organizaciones sindicales de 2do grado, y se nombraron oficiales de las tres armas como interventores. Entre otras, la ley 21356 se destaca por prohibir las elecciones sindicales, las asambleas y en general toda actividad de tipo gremial.
Las normas referentes a las obras sociales, tendientes a distorsionar este importante instrumento de la política social, lograron entre otros puntos el desfinanciamiento por la reducción en el número de afiliados, el desmantelamiento debido a la privatización de algunos servicios o la falta de personal médico etc. A pesar de todo no se reglamentó la ley 22269 de agosto de 1980 sobre las obras sociales, que pretendía eliminar el poder económico-social de los sindicatos, trasladando el control de la administración de las obras sociales al Estado. Según lo indica A. Fernández, se debió a un debate al interior del Proceso entre el estatismo centralizante y el sentido privatista, que deseaba suprimir los servicios de las obras sociales en beneficio de la medicina privada.
Los tres últimos años de la dictadura militar asisten al fortalecimiento del sector sindical que se hacen eco cada vez con más decisión de las demandas de base obrera frente a la caída abrupta de los salarios y el desmantelamiento del sector fabril. En 1981 tuvo lugar la marcha por “Pan, Paz y Trabajo” que involucró no solo al movimiento obrero sino también a amplios sectores de la sociedad, y en los cánticos de protesta ya se sumaba el pedido por los desaparecidos. Le siguió la “Jornada de Protesta” del 22 de julio, la “Marcha del Trabajo” del 7 de noviembre, el “Plan de Movilización Pacífica” de comienzos de 1982 y finalmente la movilización masiva del 30 de marzo del mismo año, duramente reprimida y cuya consigna fue “decirle basta al proceso”.
Pablo Pozzi, en su libro “Oposición obrera a la dictadura”, plantea que ante la represión los trabajadores elaboraron “una serie de medidas que posibilitaran enfrentarla sin brindar blancos para el castigo”. El trabajo a reglamento, el trabajo a tristeza, el quite de colaboración y el sabotaje fueron algunas de las medidas que se fueron adoptando.
No obstante y producto de testimonios y documentación recuperada, se ha calculado un número aproximado de 10.000 trabajadores desaparecidos, lo cual nos marca que el 67% del total de los detenidos desaparecidos fueron asalariados.
grupo escombros
Realiza la obra de Net Art Objeto Inaccesible. Once panes intervenidos y/o modificados: pan apuñalado; pan estrangulado; pan aplastado; pan desaparecido; pan torturado; pan de oro; pan con muerto de hambre; pan con púas; pan encarcelado; pan incendiado; pan momificado. La sucesión de imágenes cierra con el texto: “En la Argentina, cada día 40 chicos mueren de hambre”.
Tomás Espina
En los últimos años se habla sobre la recomposición del sindicalismo y su alcance respecto de la democratización interna, la conquista de derechos y la recuperación del estatuto de sujeto político que había perdido al ritmo de la desindustrialización y la desindicalización del peronismo. Sin dudas, la oportunidad económica para el resurgimiento del actor sindical se gestó en la etapa de posconvertibilidad a partir del impulso de la estrategia neodesarrollista.
La oportunidad política la constituyó el propio kirchnerismo al incentivar el proceso de revitalización para las organizaciones sindicales, cuya intención principal se orientaba a la restitución del poder de negociación corporativo en el marco de la estrategia neodesarrollista. En su libro con Torcuato Di Tella, Kirchner afirmó que el rol de los empresarios era maximizar la ganancia mientras que los dirigentes gremiales debían representar a los trabajadores en la puja distributiva. Sin embargo, en el devenir de este proceso se generaron expectativas de parte de algunos nucleamientos sindicales relacionadas con recuperar su estatuto de sujeto político, es decir volver a ser la columna vertebral del movimiento. La presentación del proyecto de ley de “Reparto de las utilidades empresarias entre los trabajadores” en 2010 por la CGT constituye una muestra significativa. El principal efecto del proyecto era que los trabajadores podrían ver los balances, conocer la estructura de costos y participar de las decisiones que tomara el Directorio de cada empresa. Las cámaras empresariales pusieron el grito en el cielo ya que entendían que permitiría el avance del poder sindical. Si bien algunos dirigentes kirchneristas, entre ellos el mismo Kirchner, manifestaron su apoyo, la discusión del proyecto fue postergada reiteradamente.
la aspiración sindical reunía la posibilidad de recuperar su función como articulador de demandas obreras -y opinar consecuentemente en el rumbo del modelo económico- y de participación política bajo una estrategia heterónoma con la esperanza de resindicalizar el peronismo -a partir de su involucramiento en los procesos de toma de decisiones y ocupación de cargos ejecutivos y legislativos-.
el desempleo bajó del 25 al 7,9 %; se recuperó la negociación salarial; los salarios de convenio de los trabajadores han superado el 1000 % de aumento; el salario mínimo vital y móvil llega a ser el más alto de Latinoamérica; la pobreza ha bajado a niveles exponenciales; los sindicatos en general han recuperado -afiliación más, afiliación menos- los niveles de 1974; la creación de puestos de trabajo ha sido la más fantástica de la historia en un lapso de diez años; se ha promovido por diferentes acciones -como la promoción de fábricas recuperadas, la reforma de la ley de quiebras- el mantenimiento de las fuentes de trabajo.
La Patagonia rebelde es una película argentina dramática-histórica de acción de 1974 dirigida por Héctor Olivera y protagonizada por Héctor Alterio, Luis Brandoni, Federico Luppi y Pepe Soriano. Fue escrita por Olivera, Fernando Ayala y Osvaldo Bayer, basada en el libro de Bayer Los vengadores de la Patagonia trágica, que relata los hechos de la denominada Patagonia rebelde del año 1921.
Me interesa compartir el minuto final de la película. Dicen que la historia se repite primero como tragedia y después como farsa.
Tal vez conozcan los sucesos que relata el libro de Bayer y la película. Ante la injusta situación económica reinante, las sociedades obreras de Puerto San Julián y Río Gallegos, afiliadas a la llamada FORA comunista, la cual es dominada por los anarcosindicalistas (para distinguirla de la "FORA del 9º Congreso") y los sindicalistas revolucionarios, deciden impulsar una campaña de sindicalización de peones de la Patagonia argentina, esquiladores y otros asalariados. La respuesta de los estancieros y terratenientes es extremadamente dura, con despidos, violencia y amenazas. La simple elaboración de petitorios por parte de los peones da lugar a represalias. Lo sucedido conduce a la intensificación del conflicto, lo cual a su vez desemboca en la rebelión de los trabajadores hacia los patrones rurales y las instituciones.
El gobierno de Hipólito Yrigoyen intenta negociar al principio, enviando para este fin al Teniente Coronel Zavala, quien busca la concordia entre las partes. Esta es lograda por un breve tiempo, gracias a la creación de un nuevo Estatuto del Peón Rural. Pero cuando el conflicto recrudece luego de una conspiración llevada a cabo por el gobierno provincial y la elite estanciera, el gobierno nacional es instigado a enviar por segunda vez a Zavala, quien regresa a la Patagonia con una mayor dotación de militares y un objetivo distinto: aniquilar a sangre y fuego a la rebelión.
La tragedia que observaremos en el rostro del Teniente Coronel Zavala, representado por Héctor Alterio, al tomar conciencia de que la masacre que produjo le sirvió a esa sociedad minúscula pero poderosa que ni siquiera se expresaba en nuestro idioma…
La escena comienza con imágenes de la violenta represión y el relato del retroceso en las mejoras salariales que se habían logrado y que luego de la masacre quedaron sin efecto.
Reitero que esto sucedió en 1921.
Casi 100 años después, en 2016, Paul Singer –cara visible de MNL Capital- y también angloparlante le dedicó “porque es un buen compañero” a un compatriota con responsabilidad de gobernar.
Claro, lograba después de 14 años cobrar una deuda ilegítima, mal habida. Pero el proceso de retroceso y restauración conservadora continúa a pasos de vencedores; hace pocas semanas regresó triunfal el Fondo Monetario Internacional, y otra vez, como si le cantaran que “es un buen compañero”, la titular del organismo, Christine Lagarde, no ahorró elogios hacia el ingeniero que conduce “el mejor equipo de los últimos 50 años”. Lo único positivo es que ahora sabemos para qué y para quién juega ese equipo.
Esto fue escrito y presentado, como decía al principio, a mediados de 2018.
No tengo ganas de actualizarlo a 2022, porque lo que denunciábamos con tanta preocupación se hizo realidad. Tanto esfuerzo puesto para que no se consolidara la entrega, fracasó. El gobierno neoliberal nos entregó a los buitres, las transnacionales y el FMI. Estamos pagando las consecuencias y vamos a seguir pagándolas por varios años más, lamentablemente.
Cuando lo denunciábamos nos descalificaban de alarmistas y tirabombas. Ahora que se concretó, que sufrimos las consecuencias y que el Gobierno elegidos para arreglarlo no da a basto para recomponer lo que dañaron, nos juegan de opositores reclamando resultados; como si ellos no hubieran tenido nada que ver. Y como el Pueblo está -compresiblemente- cansado e impaciente, pueden volver al gobierno en 23 para terminar de completar el derribo que iniciaron en 2015. He ahí la repetición y la farsa.
El Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB), que integran cinco gremios, informó que en la negociación paritaria con el Gobierno provincial logró «la continuidad del Programa +ATR», lo que implica que más de 21.500 trabajadores permanezcan en sus cargos y la creación de 6 mil módulos de taller iniciales.
Lo informó el titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel, quien afirmó en un comunicado que «es una muy buena noticia en términos de educación de calidad, ya que se acompañarán estas trayectorias educativas para los menores, y también por la continuidad laboral de más de 21 mil docentes. Se trata de la revinculación de un sector que aún no lo hizo de forma definitiva».
Para Baradel, el logro permitirá fortalecer los aprendizajes de muchos estudiantes afectados en su momento por la Covid-19-
En tanto la dirigente Silvia Almazán destacó el anuncio y explicó que también el Gobierno se comprometió a generar más de 1.400 cargos y a crear y designar a más de 1.700 auxiliares.
Los 6 mil módulos de taller permitirán la alfabetización en sala de 5 años del nivel inicial y el anuncio fue realizado por la Dirección General de Cultura y Educación, lo que implicó «un importante avance para profundizar aprendizajes».
El FUDB está integrado por el Suteba, la AMET, la Udocba, la FEB y los docentes privados de Sadop.
Desde el Gobierno Nacional dejaron trascender que la recuperación económica alcanzada en 2021 y los datos de la actividad en lo que va del corriente año generan las condiciones en todos los sectores productivos para que los salarios suban en línea con la inflación e incluso por encima. «No hay margen para atrasar la capacidad de compra de los trabajadores».
Calle Angosta | Periódico Digital. Publicación digital con artículos de interés en diversas temáticas, con selección de textos, imágenes, audios y vídeos.