Cuán cierto es que muchos viendo, no ven; y oyendo, no escuchan. Aun estando despiertos. ¿Se han obscurecido sus conciencias? ¿Y qué tan dormidas están? Por un lado, la necesidad de sobrevivir prioriza –y con justa razón- el bolsillo. Y no es que la mayoría de la gente piense en la plata; la necesitan para vivir. Porque tenemos objetivos, propósitos y deseos de una mejor calidad de vida; de seguridad, progreso y bienestar.
“Una palabra humilla o enaltece, consuela o seduce. Nada dice o dice todo. Pero si nombra algo, da un significado, creándolo todo”.
Así como gestos y palabras conducen a buenas acciones, también hay gestos y palabras que producen lo contrario. Las palabras sinceras, dan consuelo y esperanza; las violentas, terminan en acciones de muerte. Y el egoísmo, el engaño y la mentira, generan injusticias.
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