Gómez también afirmó haber escuchado cómo golpeaban a un preso de la celda contigua, quien poco después se suicidó.
Durante la audiencia, el abogado defensor Héctor Zavala interrumpió para presentar un recurso de habeas corpus, señalando que las condiciones de detención de su cliente se habían agravado. Según el testimonio de Gómez, tras una visita, fue esposado y obligado a beber grandes cantidades de agua hasta casi asfixiarse, seguido de golpes en el estómago que le provocaron vómitos. Indicó que en el abuso estuvieron involucrados una vicejefa de la unidad y un jefe de guardia.
Gómez declaró que, al día siguiente, escuchó gritos de auxilio y golpes provenientes de la celda vecina. Según su relato, el detenido en cuestión fue brutalmente agredido antes de ser dejado solo, momento en el cual se quitó la vida.
Aunque la jueza rechazó el habeas corpus para mejorar sus condiciones, ordenó una serie de revisiones médicas para Gómez y medidas para evitar represalias. También instruyó a las autoridades del penal, incluyendo a la directora y la vicejefa, a garantizar la seguridad del denunciante.