Los destrozos causados por los hinchas fueron alarmantes. Rompieron la red de uno de los arcos, doblaron tejidos, levantaron partes del césped, dañaron estructuras eléctricas y trizaron vidrios de la escuela que funciona en el salón Digitalia. Además, arrancaron banderines y lanzaron los mástiles a los hinchas rivales. Los desmanes continuaron en las cercanías del predio, poniendo en peligro a quienes asistían a otros eventos deportivos.
El Gobierno provincial, que previamente había advertido que “el que rompe, paga”, tomó medidas drásticas. Por ahora, no se permitirán más partidos de fútbol local en La Pedrera. Incluso se suspendió el clásico entre Alianza y San Martín, que estaba programado para el domingo a las 16:30. Es inaceptable que un estadio como este sea destrozado impunemente por un grupo de hinchas durante un evento deportivo.
En resumen, lo que debía ser una fiesta deportiva se convirtió en un triste episodio que afectará al fútbol de San Luis y a la comunidad en general.
La Palabra de Maxi Brizuela (ABRAN CANCHA) en nuestro programa: