En el centenario del descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón en Egipto, por el arqueólogo británico Howard Carter, una carta inédita confirma la sospecha de la sustracción de piezas del sitio arqueológico antes de la apertura oficial de la tumba casi intacta de 3.300 años de antigüedad.
En noviembre de 1922, tras 15 años de excavaciones, Carter (1874-1939) descubrió, en el Valle de los Reyes, la tumba casi intacta del joven rey Tutankamón (1336-1327 aC), que significó uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes realizados.
Durante muchos años Carter fue sospechoso de haber retirado parte de los tesoros antes de que se abriera oficialmente la bóveda, sin que eso pudiera ser probado.
Sin embargo el filólogo británico Alan Gardiner, que fue parte del equipo de excavación contratado para traducir los jeroglíficos, en una carta de 1934 dirigida a Carter pone de manifiesto el robo de algunos objetos de la tumba, informó el diario ABC.
El propio Carter le había entregado a Gardiner un "amuleto whm" utilizado como ofrenda a los muertos asegurándole que el objeto no procedía de la tumba. Pero Gardiner solicitó la opinión experta de Rex Engelbach, director británico del Museo Egipcio de El Cairo, quién le confirmó la procedencia del amuleto como de la tumba, dado que coincidía con otros ejemplares hechos con el mismo molde.
"El amuleto de whm que usted me mostró ha sido indudablemente robado de la tumba de Tutankamón", le escribe Gardiner a Carter. "Lamento profundamente haber sido colocado en una posición tan incómoda", a lo cual añade: "Naturalmente no le dije a Engelbach que obtuve el amuleto de usted", consignó el medio británico The Observer.
Por otro lado, estas cartas inéditas que se encuentran en una colección privada serán publicadas en un libro por la Universidad de Oxford bajo el título de "Tutankhamón y la tumba que cambió el mundo", del egiptólogo Bob Brier de la Universidad de Long Island.
Carter, que tuvo el patrocinio financiero de Lord Carnarvon, en la década siguiente al descubrimiento supervisó el traslado de los tesoros a la ciudad de El Cairo para ser expuestos en el Museo Egipcio.
A su vez, parte de los objetos vendidos en el mercado de antigüedades egipcias que pertenecieron a Carter "proceden claramente de la tumba", según el investigador.
Algunos de estos objetos pasaron a ser parte de colecciones de museos como el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que en 2010 anunció la devolución a Egipto de 19 pequeñas piezas adquiridas entre 1920 y 1940 que pertenecieron a la tumba de Tutankamón.
Como parte de este registro documental que esclarece la sustracción de objetos de la tumba, The Observer cita el libro de Harry James sobre Carter, de 1992, donde el autor utiliza la correspondencia del arqueólogo, que está bajo la guarda del Instituto Griffith de la Universidad de Oxford, y hace referencia a una disputa con Gardiner que provocó la devolución de un amuleto a El Cairo.