Miércoles, 27 Noviembre 2024

Cuando el silencio se vuelve clamor

Publicado el Miércoles, 14 Febrero 2024 08:46 Escrito por

Si los gobernantes elegidos por el Pueblo, en nombre de sus representantes, cometen engaños, injusticia grave, y gobiernan para minorías poderosas, dejando que países extranjeros con sus gobiernos y empresas saqueen a nuestros recursos y decidan políticas, estos gobernantes traicionan los mandatos que se les ha dado. No hay excusa legal ni moral para ello.

Pareciera que nos gobernara un grupo de personas que a todas luces parecen conjuradas alrededor de un Pensamiento falaz, mesiánico, emocional y anacrónico a la historia de la cultura de nuestro País; de ecléctica y supina ignorancia de los procesos socio-económicos y los derechos. Han dejado instalar -más allá de sus intenciones, de lo que esperan sus representados y sus propias familias, no sus jefes- una visión distorsionada de la justicia social, de la verdad, de la razón y de la solidaridad, justificando el engaño patente del autoritarismo y las expresiones de odio y violencia como defensa de la libertad. Todos sabemos que eso no es libertad, ni justicia, ni verdad.

“Si un ciego guía otro ciego, los dos caerán en un pozo”

Mt15,14

Esto viene promovido desde mucho tiempo atrás por los dueños y responsables de las redes sociales y de los medios de comunicación, que han reemplazado la información, la educación y el conocimiento, por la frivolidad, el entretenimiento y el hedonismo, convertidos en viciosa adicción y calando hondo en la mente de muchos argentinos, que desconocen que esos motivos, obedecen sólo a intereses económicos de quienes lo promueven.

Muchos compatriotas –a excepción de los bienintencionados que por ignorancia han creído en un cambio para bien- han consentido en aquél pensamiento terrible, volviéndose hipócritas o cómplices de las mentiras que están llevando al sufrimiento y muerte a muchos argentinos y lo hará también con ellos. Porque también se muere por falta de trabajo, poca comida, falta de remedios y cuidado, y, sobre todo, por depresión y angustia, cuando las puertas de la esperanza se cierran.

¿Cómo ha sucedido esto? ¿Qué Caja de Pandora hemos abierto que todos los males del mundo se han esparcido oscureciendo la vida? ¿Por qué permitimos que los deseos ilimitados y la inmediatez, las insatisfacciones, las frustraciones y el escape a los problemas cotidianos obnubilen nuestra razón y conciencia? ¿Por qué seguimos en la vorágine colectiva de la indiferencia, de la comodidad o cobardía, esperando o despreocupados, para que otros se ocupen si todos somos corresponsables? Nadie hará por nosotros lo que nosotros somos capaces de hacer y no hacemos. Tenemos que escucharnos más al interior de nosotros mismos.

Mientras el pueblo que trabaja duerme, como serpiente agazapada la ambición del Poder y la riqueza, conspiran en la obscuridad; ofreciendo la manzana de la discordia y de la avaricia a quienes estén dispuestos a servirlos. En tanto, aglutinan con aquel Pensamiento a los que se sienten débiles, impotentes o incapaces de hacer algo bueno, desconociéndose a sí mismos como personas, promoviendo el resentimiento a pares que los secunden, aceptando y haciendo la vista gorda a la evidente injusticia, cuando no, acompañando para silenciar el disenso.

¡Cuántos compatriotas nuestros son impulsados a sentirse ilusoriamente fuertes y protagonistas si participan en la masa del odio, rompiendo todo lazo solidario con la Comunidad! ¡Ciegos que siguen y guían a otros ciegos, porque el odio y la frustración también aglutinan! Altamente peligrosos para las instituciones de gobierno, se ocultan tras representantes políticos. Y éstos, aun cuando a sus espaldas hay mandatos populares, no los respetan; se asientan sobre ellos para responder a aquellos intereses, incluso yendo contra de las instituciones democráticas y el Derecho. 

¿Cuándo comprenderemos que no podemos vivir en el pasado del odio? Rememorando y reivindicando posiciones de Poder, obtenidas en luchas a sangre y a fuego entre hermanos, por legítimas y necesarias conquistas sociales unos, y defendiendo posiciones de poder sin aceptar terminar con la estructura de desigualdad social otros. Si nos apoyamos en esos argumentos, nunca habrá justicia, ni paz, ni progreso.

Estas luchas siguen justificaciones históricas, políticas, culturales e ideológicas, pero sin pensar en el Otro como persona, como un igual con el que convivimos en la misma sociedad, y sin reconocer que somos personas en tanto Comunidad, respetando la diferencia y la singularidad, y con quién necesariamente tenemos que definir el País que necesitamos.  La historia y la memoria solo sirven para no cometer ni permitir las mismas atrocidades y desencuentros, y de ningún modo olvidarlos ni utilizarlos. Esta comprensión es el camino para el diálogo imprescindible hacia la unidad nacional, para establecer e institucionalizar la justicia en el Derecho, base de la paz social, del progreso y bienestar saludable.

Así como los ejemplos son más elocuentes que las palabras, y hablan por sí solos, del mismo modo reconociendo y aceptando a los Otros como Comunidad, en la diversidad y diferencia, solidarios y trabajando con ellos en la construcción de justicia para vivir saludablemente, el diálogo mismo se va dando solo, haciéndose posible sin necesidad de tantas vueltas para buscarlo.

Hay un doloroso clamor en el silencio de los que no tienen voz. ¿Cómo no tener la sensibilidad o por lo menos la actitud para escucharlos, verlos y actuar en consecuencia? Una insoportable angustia por la incertidumbre de no saber qué va a pasar con sus vidas, sus trabajos, sus salarios y sus jubilaciones, abandonados a merced de un Plan económico inhumano que resquebraja la contención, la seguridad y la convivencia social.  Un manejo irracional, errático y emocional de los responsables del gobierno desconoce y niega las leyes vigentes denostando a las instituciones de Gobierno, con ignorancia y desprolijidades en los procedimientos parlamentarios, pero en realidad, ciegos y sordos al clamor del Pueblo.

“Si no luchas por algo, morirás por nada”

Malcolm X

El destrato y maltrato hacia legisladores, intendentes, gobernadores y a toda la población por parte del Gobierno, generará consecuencias inesperadas. El delirio místico vengativo y aterrorizador que vemos, desconoce la razonabilidad y prudencia en los actos de gobierno, generando más desconcierto e incertidumbre que miedo. A estos actos y declaraciones violentas, bien les calza la contestación de la Reina María Antonieta antes de que le guillotinaran la cabeza: “Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”. No obstante, hay que evitar la violencia, en cualquiera de sus formas, sin responder del mismo modo y aspirando a otro tipo de convivencia, porque de lo que se trata es de exigir el ejercicio de un gobierno justo, ecuánime y prudente, donde ningún principio de la dignidad de las personas y de los pueblos sea violentado argumentando cualquier razón de Estado. Y a los Pueblos…

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