El fiscal Leandro Estrada presentó pruebas suficientes para imputar a Díaz por homicidio doblemente calificado por venganza transversal y ensañamiento.

Según los testimonios, Díaz había tenido una relación sentimental con la madre de Anahí y mostraba conductas de hostigamiento hacia ella. La hipótesis del fiscal es que Díaz mató a Anahí para vengarse y hacer sufrir a su madre.

Díaz vivía en un departamento cercano a la casa de Anahí y su madre. En el allanamiento, la policía encontró prendas de vestir, incluyendo una campera con manchas hemáticas, que están siendo analizadas.

Aunque Díaz se abstuvo de declarar en la audiencia, su abogado, Ariel Becerra, afirmó que su defendido niega haber cometido el crimen y que presentarán pruebas para demostrar que Díaz estaba en otro lugar cuando Anahí fue asesinada.

El informe preliminar de la autopsia confirmó que Anahí murió desangrada (shock hipovolémico) y tenía múltiples cortes en el cuerpo, dos de los cuales fueron fatales. Para el fiscal, la cantidad de heridas indica ensañamiento.

Una de las pruebas en contra de Díaz son imágenes de una cámara de seguridad que lo sitúan en la vivienda de Anahí. Sin embargo, Becerra argumentó que su defendido no pudo haber estado en el lugar del crimen y que existe evidencia concluyente que lo demuestra.

Becerra también sugirió que el vínculo entre Díaz y la madre de Anahí no estaba completamente roto, ya que ella lo llamó desesperada al descubrir el cuerpo de su hija y él acudió consternado.

El cuerpo de Anahí fue encontrado por su madre el jueves 23 de mayo alrededor de las 15:00, después de que no pudiera comunicarse con ella. El último mensaje de Anahí a sus familiares fue a las 6:22 de ese día, y se sospecha que el asesino pudo haber manipulado su teléfono. Anahí no asistió a clases ese día porque estaba enferma, según había informado a sus allegados por celular. La última vez que su madre la vio fue el miércoles alrededor de las 22:00.