Una impactante escena que se registró este viernes por la mañana en la National Gallery de Londres se viralizó a través de las redes sociales. En el video se puede ver a dos jóvenes arrojando latas de sopa de tomate al famoso cuadro «Los girasoles», de Vincent van Gogh. Luego, se arrodillan frente a la obra y se ponen pegamento en las manos para adherirlas a la pared del museo.
Se trata de dos manifestantes ecologistas del grupo de desobediencia civil Just Stop Oil, que le exige al gobierno británico que ponga fin a los nuevos proyectos de extracción de gas y petróleo en el país.
Las jóvenes activistas vaciaron el contenido de dos latas de sopa de la marca Heinz sobre el lienzo, que tal como aprecia en las imágenes, está protegido por un cristal. El icónico cuadro pintado en 1888 por el maestro impresionista holandés está valuado en 84.2 millones de dólares.
«La creatividad y la brillantez humanas están presentes en esta galería, pero nuestro patrimonio está siendo destruido por la incapacidad de nuestro Gobierno de actuar ante la crisis climática y del coste de la vida», expresó Just Stop Oil a través de Twitter. «¿De qué sirve el arte cuando nos enfrentamos al colapso de la sociedad civil?», se preguntaron.
Según consignó AFP, la seguridad de la galería de Trafalgar Square llegó poco tiempo después e hizo salir a los visitantes de la sala 43 donde se expone la histórica obra. La Policía Metropolitana de Londres anunció que sus «agentes acudieron rápidamente al lugar en la National Gallery esta mañana después de que dos manifestantes de Just Stop Oil arrojaran una sustancia sobre un cuadro y luego se pegaran a una pared». Las activistas fueron detenidas por daños criminales y allanamiento agravado, precisaron.
Qué es y qué quiere Just Stop Oil
Conformada en su mayoría por jóvenes, Just Stop Oil es una coalición de grupos que se creó en febrero de este año con una misión: que el gobierno británico se comprometa a poner fin a todas las nuevas licencias y consentimientos para la exploración, desarrollo y producción de combustibles fósiles en el Reino Unido.
De esta manera, a través de diferentes tipos de huelgas, boicots y/o protestas masivas, le exigen a los mandatarios de su país que hagan una declaración asegurando que detendrán inmediatamente todas las licencias y consentimientos futuros.
«Las pruebas científicas son inequívocas: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier nuevo retraso en la acción global concertada hará que se pierda una breve y rápida oportunidad de asegurar un futuro habitable», dice la organización en su página web. Además, menciona como ejemplos el trabajo de Extinction Rebellion e Insulate Britain, dos grupos activistas que practican la desobediencia civil.
«Por eso estamos pasando a la resistencia civil. Ya no se trata de un solo proyecto o campaña, sino de resistir a un Gobierno que está perjudicando nuestras libertades, derechos y futuro, y hacer que trabajen para nosotros», agregaron.