Los hijos obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es justo. Honrar a los padres para que todo vaya bien, y para que tengamos larga vida sobre la tierra. Nos hacemos necios cuando rechazamos la disciplina de nuestros padres pero cuando aceptamos la reprensión nos hacemos prudentes. Hay que ser obedientes a los padres en todo, porque esto es agradable al Señor. Obedecer el mandamiento de los padres y no abandonar la enseñanza de las madres.
Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos, el Señor tú Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. Sigan por el camino que el Señor Dios ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida, el que atiende a la corrección va camino a la vida; el que rechaza se pierde, no se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. ¡Y si Dios lo dice así es!