A pesar de que los aumentos desde febrero han seguido la inflación, el impacto en el bolsillo y el consumo ha sido significativo, especialmente en un contexto de recesión económica.
El año de los combustibles: al ritmo de la inflación y la devaluación
Desde diciembre de 2023, cuando asumió el gobierno de Javier Milei, los precios de los combustibles han experimentado un incremento acumulado cercano al 95% en la nafta súper y al 85% en el gasoil, según los precios de YPF en Buenos Aires. En comparación, la inflación acumulada en el mismo período alcanzó el 107%.
En términos reales (descontando la inflación), el precio de los combustibles ha crecido por debajo de otros bienes, gracias en parte a políticas como el retraso en la actualización de impuestos. Sin embargo, en dólares, los precios aumentaron considerablemente, ubicándose un 20% por encima del promedio de los últimos cinco años, según datos de la consultora Economía y Energía (EyE).
Caída en las ventas: un efecto histórico
La suba de precios y la pérdida del poder adquisitivo provocaron un derrumbe en las ventas de combustibles, con una caída total del 7% entre enero y septiembre de 2024 respecto al mismo período de 2023.
- Naftas premium: La venta se desplomó un 21%, evidenciando un cambio de consumo hacia opciones más económicas.
- Naftas súper: Aunque también cayeron, lo hicieron en un menor porcentaje (2%), convirtiéndose en la alternativa más elegida.
- Consumo de gasoil: Mostró contracciones interanuales que superaron las de meses previos, agravándose en los últimos dos meses analizados.
Impacto en San Luis
En la provincia, donde la actividad económica también enfrenta desafíos, el aumento de los combustibles repercute directamente en el transporte, el comercio y la producción. La caída del 6% en la demanda nacional de combustibles se refleja localmente en una menor actividad de estaciones de servicio y un incremento de costos para sectores clave, como el agro y la logística.
Perspectivas
El incremento programado para diciembre, que incluye ajustes por el Crawling Peg (devaluación mensual) y la actualización de impuestos, anticipa un cierre de año complejo para consumidores y empresas. Además, la combinación de precios altos en dólares, recesión y disminución del consumo deja una señal de alerta sobre los desafíos económicos para 2025.
El mercado de combustibles es un reflejo de la economía general: mientras los precios se alinean con la inflación, el consumo sigue en caída libre, marcando un desequilibrio que aún busca soluciones sostenibles.