Dice Mimi en el primer tema de su nuevo disco: “Hoy el sol brilla a destiempo”. Es la definición más clara que nos va a dar de su presente, o de esta última cosecha de canciones, entre las más arriesgadas de su discografía hasta ahora.
Alma adentro es un disco de Midnerley Acevedo. Ahí están el reggae y las otras cadencias caribeñas y el andamiaje melódico y dramático pertinente para el lucimiento de esa voz. Pero este sol brilla en otra frecuencia. Hay un tipo de tensión diferente.
Difícil no relacionar esta fase de Mimi con otros proyectos, como Los Sedantes, compartidos con su pareja y coproductor de este trabajo (junto a Pablo Martin), Sergio Rotman. Es un disco más rockero, con guitarras eléctricas y sintes, que, en general, tienen poco que ver con el bolero o con la música jamaiquina (al menos no en estas frecuencias) o con otros distritos más familiares para Maura. Pero que, sin encasillarse en ningún género en particular, guardan algún parentesco con el post-punk en el que el saxo de Los Fabulosos Cadillacs y voz de Cienfuegos viene militando desde siempre -si por siempre entendemos los tempranos 80, justamente los orígenes el post-punk-, pero con aún más énfasis en tiempos recientes.
Sin embargo, esto último es solo un sesgo en el estimulante contexto de diez temas eclécticos, antes que nada. Tan variados como el desfile de invitados que va pasando por el estudio: una especie de rocka-spaghetti-western con Gory y con Luciano Scaglione, de Attaque (“Al salir el sol”, de Rebeka Nogales); un típico ska-ferroviario con Prince Buster Jr., ¡hijo de Prince Buster! Y Leroy Rotman, hijo de Mimi y Sergio, en melódica (“Tren de las diez”); un reggae de Fidel Nadal con los arpegiadores espaciales de Ernesto Romeo (“Necesito tu amor”); un pop garajero con los neoyorquinos The Du-Rites y Hugo Lobo (“Ese camino”); y el citado “Hoy el sol brilla a destiempo”, en versión A y en versión dub, con la guitarra de Maxi Prieto, que interviene también en otros tracks.
¿Qué tan lejos del Trópico es Mimi capaz de aventurarse en busca de inspiración esta vez? No se lo imaginarían: ¡Bulgaria! “I Can not” es uno de los hallazgos en un disco cargado de ellos, como concepto de producción. Se trata de una canción del búlgaro Ivo Dimchev, especie de Marc Almond post-post-post-moderno, fenómeno pop-cultural cocinado durante la pandemia (cuando ganó notoriedad por dar microconciertos uno-a-uno, en casas particulares), que está causando cierto revuelo ahora mismo y encuentra acá un precoz y de algún modo insólito “tributo” argentino-puertorriqueño.
En tándem con Rotman, detrás de la producción de Alma adentro está Pablo Martin, bajista de El Corte en los 80, en Buenos Aires, y guitarrista de Tom Tom Club en Nueva York, entre otros proyectos. Sus huellas sonoras están por todas partes, desde algunos timbres sutiles hasta la poco ortodoxa mezcla. Y el resultado es un disco muy renovador para una cantante que, frente a la opción de descansar en su “estilo”, de efectividad suficientemente testeada, elige salir a encontrar otros soles.
