Según Bautista Rivadera, defensor de Amado Reimundo Díaz, expareja de la madre de la víctima y único imputado por el crimen, la pericia confirmó un dato que el acusado había sostenido desde el inicio: el día del asesinato, tras encontrar el cuerpo de su hija en el comedor de su casa, la madre de Anahí llamó a Díaz, quien vivía a menos de una cuadra del lugar.

El estudio abarcó las comunicaciones entre el 19 y el 26 de mayo, días clave para la investigación, pero no arrojó pruebas concluyentes sobre la implicación directa del acusado en el asesinato de la adolescente de 17 años. **"Lo único que se extrajo del teléfono de mi defendido es que la madre de la víctima lo llamó el día del hecho pidiéndole ayuda por lo que había sucedido con Anahí"**, aseguró Rivadera.

Respecto a las acusaciones de hostigamiento que el fiscal sostiene contra Díaz, en relación a que no aceptaba el fin de su relación con la madre de Anahí, el abogado señaló que no se encontró evidencia en el teléfono del imputado que sugiera que grababa o acosaba a la madre o a la joven. **"No surgieron ni mensajes de texto ni llamadas que puedan esclarecer lo que ocurrió con la chica"**, añadió el defensor.

Rivadera también indicó que ha solicitado la ampliación de la pericia telefónica, específicamente en el análisis de las conversaciones entre el acusado y la madre de la víctima, para demostrar que **"tenían una buena relación y no un vínculo violento y tormentoso"**, como sostiene la fiscalía.

Entre las pruebas pendientes se encuentra el análisis genético de las muestras tomadas de las uñas de Anahí y del acusado. Díaz se ha ofrecido voluntariamente a someterse a un hisopado bucal para cotejarlo con las evidencias, en un intento por demostrar que **"no hay compatibilidad"** entre él y las muestras recolectadas en el cuerpo de la víctima.

El caso sigue abierto, mientras se aguardan los resultados de las pruebas genéticas que podrían ser clave para esclarecer el crimen.