Antes de ser encarcelado preventivamente por el juez de Garantías Alfredo Cuello, Díaz narró su versión de los hechos ocurridos el jueves 23 de mayo, día del femicidio.

Según Díaz, de 58 años, entre la madrugada y la mañana de ese día, estuvo en su casa del barrio Jardín del Sur, saliendo solo para realizar unos trámites en el centro de Villa Mercedes. Insistió en que su relación con Eliana, la madre de la víctima, no había finalizado definitivamente, describiéndola como una relación de "idas y vueltas".

Díaz afirmó que fue llamado por Eliana tras descubrir el cadáver de su hija y acudió inmediatamente para auxiliarla, aunque aseguró que no tocó el cuerpo para no comprometer la escena del crimen. Según su relato, después de intentar calmar a Eliana, se dirigió a la Comisaría 31ª para pedir ayuda.

El abogado defensor de Díaz, Bautista Rivadera, subrayó que su cliente tenía una coartada respaldada por registros de cámaras de video, que lo muestran realizando actividades cotidianas, incluyendo trámites y visitas al banco.

Rivadera cuestionó la evidencia presentada por la Fiscalía, argumentando que la sangre hallada en la campera de Díaz no coincide con la de Anahí, quien tenía un grupo sanguíneo B negativo, mientras que la sangre encontrada no estaba claramente determinada en cuanto a su RH. Además, el defensor indicó que Anahí no sufrió 25 puñaladas, como se informó inicialmente, sino dos, siendo las demás heridas superficiales y defensivas.

El abogado también puso en duda la posibilidad de que el crimen pudiera haberse cometido en un lapso de 11 minutos, como sostiene la Fiscalía, y planea contratar a un perito criminalístico para examinar esta hipótesis.

Por último, Rivadera afirmó que las acusaciones de hostigamiento hacia la madre de Anahí no están corroboradas y prometió aportar más evidencia para demostrar la inocencia de su cliente. El caso sigue abierto, con una investigación que aún busca esclarecer los hechos y determinar la culpabilidad de Díaz.