En 1980, Jorge Luis Borges sostuvo una entrevista con Joaquín Soler Serrano, entonces un presentador de televisión y periodista de amplia fama en España.
En aquellos años, Soler Serrano era el anfitrión de A fondo, una emisión en donde realizó encuentros tête-à-tête con algunas de las personas más destacadas de la época, de varias áreas de interés (aunque con cierta inclinación por la literatura) y de distintas partes del mundo. Soler Serrano entrevistó a lo largo de 5 años a personajes tan variados y célebres como Salvador Dalí, el editor Carlos Barral, los escritores Alejo Carpentier, José Donoso y Marguerite Duras (entre muchos, muchos otros), la cantante Chabuca Granda y muchos más.
En el caso de la entrevista con Borges, uno de los momentos más destacados son las palabras que dedica el autor argentino a la distinción entre el amor y la amistad, haciendo de pasada un elogio a esta última. Al respecto, dice Borges:
La amistad no necesita frecuencia. El amor sí. Pero la amistad, y sobre todo la amistad de hermanos, no. Puede prescindir de la frecuencia o de la frecuentación. En cambio, el amor no. El amor está lleno de ansiedades, de dudas. Un día de ausencia puede ser terrible.
El fragmento completo es aún más elocuente: