El episodio, relatado es coincidente en todas las fuentes que revisamos; pero mientras que en algunos escritos queda la sensación de que los pilotos peruanos se incorporan a la Fuerza Aérea Argentina para combatir a su lado, la realidad indica que se trató de una operación para entregar 10 aeronaves compradas por Argentina, en circunstancias en que esa posibilidad estaba vedada y los estados que la transgredían se arriesgaban a fuertes sanciones de la "comunidad internacional" que en los hechos -igual que ahora- son los EEUU y sus aliados.
Aquí el relato que volvió a circular esta semana
Fue una madrugada de mayo de 1982 (04-05-82) cuando las 10 naves partieron de La Joya (Arequipa). Les sustituyeron las insignia, bandera y matrícula peruanas por las de Argentina.
Era una operación militar secreta ..surcaron los Andes y tuvieron que volar a mas de 33 mil pies de altura con los controles apagados para no ser detectados por los radares Bolivianos Y chilenos... Así volaron hacia Tandil, previa escala en Jujuy, en una travesía que duró cerca de tres horas.
El escuadrón de M5-P fue acompañado por una nave madrina, un L-100 similar a los Hércules, en cuya bodega llevaba parte de los equipos de mantenimiento y varias decenas de técnicos y mecánicos de aviación que debían instruir a los argentinos en todo lo relacionado con el funcionamiento de las naves y la utilización del armamento. Los misiles, obuses, bombas, municiones.
En Tandil hubo algarabía total cuando el escuadrón de cazas aterrizó. Estaba allí para recibir a los pilotos peruanos el mayor Crovetto, que ya tenía varios días en Argentina trabajando en el Estado Mayor de la Guerra, junto con el coronel FAP Gonzalo Arenas y el mayor FAP Carlos Portillo. Los pocos pilotos argentinos de Dagger que se hallaban en la base (los otros estaban combatiendo) se estrecharon en sincero abrazo con sus colegas peruanos. "Algunos estuvieron al borde de las lágrimas. Imagínese que a usted le llevan ayuda militar cuando más la necesita y en momentos cruciales. No era para menos", recordó Crovetto, quien más tarde se encargaría de dar instrucción a sus colegas argentinos...
Los mejores Pilotos y las mejores naves de Latino america los tenia las Fuerza Armada Peruana y no lo pensaron dos veces para defender Argentina ante los Britanicos PERU dijo presente.....en el 2012 una fragata de guerra inglesa quiso desembarcar en el puerto del CALLAO (Peru) y nuevamente el Gobierno del Peru le dio el apoyo al pueblo ARGENTINO, negandole la entrada al embarcacion Inglesa.demostrando asi su firmesa y lealtad a la hermandad Sudamericana.
1982: historia secreta de los Mirage que mandó Perú
El periodista Edgardo Aguilera publicó en 2006 una investigaci´n que arroja algo más de luz sobre el importante episodio. En el diario Ámbito se puede leer:
Los diplomáticos y los militares son por naturaleza celosos protectores de la información y, por cierto, nada cándidos. La venta en secreto de una decena de aviones de combate peruanos fabricados en Francia concluye en una circunstancia particular del vínculo bilateral con Perú. Un ex oficial del Ejército peruano, Ollanta Humala, se perfila como el ganador en las elecciones presidenciales del próximo fin de semana. Otros uniformados peruanos de la fuerza aérea de ese país, contemporáneos del candidato, tuvieron un rol protagónico en la iniciativa de ayuda militar secreta a la Argentina durante la guerra por las Islas Malvinas.
Ocurrió a mediados del mes de mayo de 1982. Los 10 pilotos salieron de la base La Joya en el desierto de Arequipa vestidos con su traje de vuelo verde oliva y armados para el combate. En el trayecto a la pista se detuvieron unos instantes ante la imagen de tez morena. Era la Virgen de Loreto, patrona de los aviadores de la Fuerza Aérea del Perú (FAP).
Luego de una breve oración, los oficiales peruanos subieron a los 10 aparatos Mirage 5P que harían un vuelo histórico hacia territorio argentino. Comenzaba la operación militar más arriesgada emprendida por pilotos peruanos en combinación con argentinos que burló el cerco político de la comunidad internacional: la prohibición de transferir material bélico a la Argentina. Después del 1 de mayo, el alto mando de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) evaluó que las pérdidas de cazas interceptores ponía en peligro la capacidad ofensiva y reducía las posibilidades de la supremacía y control del espacio aéreo sobre las islas.
Ese día fue abatido el primer caza Dagger M-V matrícula C-433 del primer teniente José Ardiles quien iba en formación con el entonces capitán Carlos Rohde (ex jefe de la Fuerza Aérea). Luego vendrían en proyección aritmética más derribos de Dagger, los únicos que podían trabar combate aéreo -en desigualdad de condiciones técnicas- con los Harrier de la fuerza aérea británica. Para mediados de mayo, el conteo llegó a más de una decena de Dagger entre los destruidos en combate y los que sufrieron averías de consideración.
La gestión del Perú por Malvinas, solidaria con la Argentina en las cuestiones de fondo, fue constante en la búsqueda de la paz y en el arribo a una solución negociada definitiva del conflicto. La noche del 1 de mayo, el canciller peruano Javier Arias Stella se comunicó con Nicanor Costa Méndez para actualizar su información sobre los resultados del ataque británico de ese día, requerir la actitud que tomaría el gobierno argentino y sugerir una alternativa que estaba tratando en esos momentos el presidente Fernando Belaunde Terry. Era la conocida propuesta de siete puntos para iniciar una negociación con Gran Bretaña, conversada con el entonces secretario de Estado norteamericano Alexander Haig y luego transmitida la madrugada del 2 de mayo al general Galtieri.
Como se sabe, coincidió con el hundimiento del crucero General Belgrano, torpedeado a las 16 del 2 de mayo. Quedó claro para la cúpula de la Junta Militar que no había vuelta atrás y la Fuerza Aérea aceleró la búsqueda de aparatos de combate. El comodoro ( ingeniero aeronáutico) Pedro Martínez fue designado jefe de la misión técnica encargada de la evaluación de los Mirage 5P que ofreció la Fuerza Aérea de Perú.
El gobierno peruano aprobó la venta de 10 aeronaves, misiles AS-30 filoguiados (el sistema de guiado al blanco se hace por un cable) y equipo de repuesto a través del decreto legislativo secreto Nº 133 y la resolución ministerial Nº 2152/ AE del 14 de diciembre de 1981.
El contrato final de gobierno a gobierno fue fechado también en 1981, ardid que esquivó el embargo de armas que pesaba sobre la Argentina. El país pagó 50 millones de dólares al contado por los cazas de fabricación francesa.Justo el anticipo que necesitaba el general del aire Hernán Boluarte, entonces comandante de la FAP, quien ya había iniciado en simultáneo una negociación con la empresa gala Marcel Dassault para reemplazar esos aviones por la versión Mirage 2000, los más modernos de aquel momento.
Aliados e intereses
La Fuerza Aérea peruana recibió luego 12 cazas Mirage 2000 sobre un pedido de 24 aeronaves. En la guerra hay aliados y también intereses que van de la mano. ¿Es posible que Francia haya ignorado las tratativas para vender cazas a la FAA y que eran parte de un negocio con Dassault para comprar aviones nuevos para la FAP?
El entonces jefe de inteligencia de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Gustavo Revoll, montó una operación de velo y engaño con los agentes de la Regional Centro de Inteligencia ubicada en Córdoba. La maniobra tenía que encubrir el vuelo de los 10 Mirage desde La Joya, Perú, hasta la base aérea de Tandil previo una escala nocturna en Jujuy para reabastecimiento.
La inteligencia británica al parecer nunca detectó el movimiento de los cazas peruanos hacia territorio argentino. O por lo menos no lo consignó en el capítulo: «La Iniciativa Peruana» del libro «The Official History of the Falklands Campaign, Vol. II, War and Diplomacy», que escribió Lawrence Freedman con el auspicio informativo del gobierno de Tony Blair. Tampoco hay indicios de que la inteligencia chilena se haya dado por enterada del traslado de los aparatos y tripulación peruanos. Claro, el esfuerzo de los trasandinos estaba centrado en espiar las actividades de la fuerza naval criolla en el Sur.
La «pantalla» fue un Hércules C-130 de la FAP con destino Ezeiza que figuró en los registros como un vuelo regular de la empresa Aeroperú, pero que próximo a ingresar en la zona de control, se desvió hacia Tandil, por «problemas técnicos» y con él, los 10 aviones Mirage. Dos pintores de la FAA viajaron a la base La Joya un día antes de la partida de los cazas peruanos y pintaron las escarapelas argentinas y las siguientes matrículas en alas y fuselajes: C-403, C-404, C-407, C-409, C-410, C-419, C-428, C-430. C-433 y C-436. El titular actual de la Fuerza Aérea Peruana, teniente general del aire Felipe Conde Garay, y el subjefe, teniente general del aire Augusto Mengoni Vicente, además del general Gonzalo Tueros Mannarelli, actual comandante de la 2º Región Aérea Territorial, en aquel tiempo con la jerarquía de mayor, son tres de los diez pilotos que aterrizaron en Tandil.
Conde Garay no era un desconocido para los aviadores argentinos, había asistido entre 1979 y 1980 al curso de tiro de combate aire-aire que la FAA daba en la base de Moreno, provincia de Buenos Aires, primer asiento del Grupo Aéreo de Caza Nº 8 de Mirage III. Con la misión cumplida y luego de un asado que convidó el entonces capitán de la FAA Jorge Rati, quien luego sería brigadier y agregado de la fuerza en los Estados Unidos, los peruanos abordaron el Hércules de regreso al Perú.
Los Mirage adquiridos nunca llegaron a participar en las operaciones de guerra porque los sistemas de armas (los misiles AS-30) eran de menor performance en relación con los Shafrir israelíes de los Dagger. Estos aparatos con modernizaciones sucesivas aún están en servicio en la VI Brigada Aérea de Tandil.