La pobreza ha ascendido al 55,5% de la población, afectando a aproximadamente 24,9 millones de personas en áreas urbanas.
La indigencia se ha incrementado del 9,6% al 17,5%, situando a unos 7,8 millones de personas en un estado de pobreza extrema, por debajo de la canasta básica alimentaria (CBA).
La inflación, especialmente en el rubro alimentos, ha sido un factor crucial en este aumento, afectando desproporcionadamente a los sectores más vulnerables.
La inseguridad alimentaria total afecta al 24,7% de las personas, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los niños y adolescentes. La inseguridad alimentaria severa impacta al 10,9% de las personas, al 8,8% de los hogares y al 13,9% de los niños y adolescentes.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, la inseguridad alimentaria total afecta al 26,4% de las personas, al 21,8% de los hogares y al 35% de los niños y adolescentes. La inseguridad alimentaria severa afecta al 9,9% de las personas, al 12,7% de los hogares y al 16,5% de los niños y adolescentes.
Un alto porcentaje de hogares recibe asistencia del Estado, con el 42,6% de los niños en hogares beneficiarios de la AUH+Tarjeta Alimentaria, el 50% asistiendo a comedores escolares, y el 36,7% recibiendo cajas o bolsones de alimentos de comedores.
Bajo la administración de Javier Milei, se ha reforzado el importe de la AUH y se ha ajustado el Plan Nacional Argentina contra el Hambre, con aumentos en los beneficios mensuales para familias con hijos.
Aunque ha habido una mejora general en la tasa de mortalidad infantil entre 2005 y 2022, persiste una heterogeneidad significativa entre provincias, correlacionada con altos niveles de indigencia monetaria.
El 23% de los niños entre 3 y 5 años no asiste a instituciones educativas formales, y el 35,3% de los jóvenes entre 18 y 29 años no ha completado la educación secundaria. A pesar de esto, el sistema de gestión pública, que atiende al 80,7% de los alumnos menores de 18 años, se ve fortalecido por la gestión privada.
El 32,5% de los trabajadores vive en hogares en situación de pobreza, el 30,9% trabaja en la economía social, el 26,5% tiene un empleo precario y el 24,3% sufre de subempleo inestable. La escasa generación de empleo de calidad y las desigualdades estructurales son problemas persistentes.
El porcentaje de referentes de hogares que reportan venta de drogas en sus vecindarios ha aumentado del 22,8% en 2021 al 31,3% en 2023, siendo especialmente alto en asentamientos de emergencia y complejos de viviendas sociales
El informe destaca la necesidad urgente de fortalecer las políticas públicas y las acciones sociales para abordar estas problemáticas y mejorar la calidad de vida de la población más afectada en Argentina.