Por entonces no se quedó callada, le contó a su madre lo que su pareja le había hecho, pero fue como hablar con una pared, porque la mujer le respondió: "Qué raro que él te haya hecho eso". Esta semana, después de 15 años, se sintió con la fuerza suficiente para denunciar al hombre porque, de acuerdo a lo que relató, él se presentó recientemente en su casa y trató de entrar por la fuerza. No sabe con qué propósito lo hizo, pero en su intento por ingresar le destrozó la puerta.
La denunciante, ahora de 30 años, relató que los ultrajes sucedieron cuando ella tenía 15 años y convivía con su madre y su padrastro. Uno de los abusos ocurrió una tarde, cuando su mamá se había ido hasta lo de una vecina, a tomar unos mates. Ese día, recordó, ella estaba descompuesta y se acostó a dormir la siesta en su habitación. Fue entonces cuando entró el hombre.
Según afirmó, su padrastro empezó a manosearla. Luego, se bajó el pantalón y la violó. Incluso hasta le lastimó la boca, precisó. Dos horas después, cuando su madre regresó, le confesó lo que su pareja le había dicho. Pero fue inútil, nada cambió.
La siguiente vez, el hombre volvió a entrar en el dormitorio, cuando la chica estaba en la cama, aseguró. Se desvistió y la violó. No logró abusar de ella de la manera exacta que pretendía, dijo la denunciante, pero insistió tanto que volvió a lastimarla en otra parte del cuerpo.
La última vez que lo vio fue hace unos días, a la mañana, cuando se presentó en la casa de M. La mujer no le abrió porque le tiene mucho miedo. Eso enfureció al padrastro, quien, al no conseguir entrar, le rompió la puerta del frente de la vivienda.