Indudablemente esta decisión de ambos municipios tienen el mismo origen: A partir del anuncio del gobernador de la provincia respecto del incremento salarial de la administración pública, los intendentes debieron solicitar fondos para equiparar las escalas municipales al resto de los empleados públicos. Más allá de todas las posibles reconsideraciones políticas, es indudable que esta iniciativa apunta también a inyectar dinero en el mercado interno y reivindicar a los sectores más postergados de la sociedad.
Llamar esto como una "fiesta" protagonizada por un gobernador desequilibrado con aires de "nerón" fue la estrategia elegida por Claudio Poggi para criticar la medida. Paradójicamente, uno de los principales aliados de Poggi, el presidente de la UCR puntana e Intendente de Merlo, Álvarez Pinto fue de los primeros en llegar a Terrazas del Portezuelo para firmar el acuerdo.
Hasta aquí todo bien, sino fuera que ahora este intendente se niega a dar los aumentos salariales en tiempo y forma. El resultado? Hoy Martes 27 no se están llevando a cabo las tareas propias del municipio ya que los empleados están en estado de Asamblea y protesta. El “Tratado de La Toma”, establece: “Los importes que reciba el municipio(…)tendrán como único y exclusivo destino específico el pago de salarios de los agentes municipales que se encuentren por debajo de la línea de la pobreza, determinada mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República (INDEC) hasta alcanzar dicho mínimo”. Esa línea de pobreza fue estimada en agosto en casi 285.000 pesos. Además, en el mismo artículo se dictamina: “El Municipio se compromete a no variar el destino previsto en la presente cláusula, y mantener en lo sucesivo el parámetro salarial aquí previsto a los efectos de que el mismo no esté por debajo de la mencionada línea”.
Dos maneras distintas de llevar adelante políticas públicas. Una muestra más que en momentos difíciles de la política, no todos "son lo mismo".