A nivel nacional Milei es la muestra exacta. Alguien que llegó a ocupar el sillón presidencial y aún no cuenta con un partido político propio, es la demostración que los personalismos han trastocado la manera en que se deciden las representatividades institucionales.
Simplificando, el personalismo en política es una corriente que se enfoca en la figura individual del líder, en lugar de en las ideas o filosofías que representan. En este contexto, si analizamos la realidad política provincial, es indudable que el gobierno actual propone una vuelta de página del personalismo Saaísta que modeló la política desde la democracia hasta estos días.
Como lo hace? Con más personalismo, ya que el Poggismo en el fondo parece esgrimir las mismas políticas personalistas que se criticaban. El mismo camino del individualismo prágmatico eligieron algunos jefes comunales. La estrategia personalista lleva a renegar de los partidos políticos y centrar políticas públicas en su propia imagen individual. Este enfoque puede tener consecuencias significativas para la comunidad local ya qué aunque el carisma y la conexión directa con el electorado pueden ser atractivos, también pueden limitar la formulación de políticas públicas a corto plazo y erosionar la estabilidad democrática. Una democracia que se tensa todos los días en disputas con las redes y el propio sistema.