El papa Francisco recibió hoy a un grupo de amistad con China y ratificó el acercamiento al gigante asiático, luego de haber oficializado en menos de una semana la designación de tres nuevos obispos en el país con el que el Vaticano aún no tiene relaciones diplomáticas.
El pontífice recibió hoy en el Vaticano a una delegación de la Fundación Italia-China, una organización que se presenta "sin fines de lucro, cuyo objetivo es promover los intercambios económicos, políticos y culturales entre Italia y China".
"Arriésguense siempre en el camino del diálogo", les dijo el pontífice a los representantes de la fundación, luego de haber sido el impulsor del acercamiento entre Roma y Beijing desde que fue elegido Papa en marzo de 2013, con apenas horas de diferencia de la elección de Xi Jinping al frente del Gobierno chino.
El gesto del pontífice en apoyo al diálogo con China se da después de que en enero se hayan conocido las designaciones de tres nuevos obispos para el país oriental, con el que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas más allá del acercamiento de Francisco, que se convirtió en 2014 en el primer pontífice de la historia en sobrevolar el espacio aéreo del país al que no ha ido ningún Papa.
Así, el 31 de enero se conoció la designación del reverendo Pietro Wu Yishun, como obispo de la Prefectura Apostólica de Shaowu, mientras que dos días antes se había publicado el nombramiento de Antonio Sun Wenjun como obispo de la nueva diócesis china de Weifang y la semana anterior el del reverendo Taddeo Wang Yuesheng en Zhengzhou.
El anuncio de las tres designaciones, hechas en 2023 pero con ordenaciones episcopales este año, se dan en el marco del acuerdo bilateral firmado en 2018 entre China y el Vaticano para la superación de las divisiones en la Iglesia del país y lograr un sistema compartido para los nombramientos de nuevos obispos. Desde la entrada en vigencia del acuerdo, por el momento provisorio y renovado en 2020 y 2022, ya fueron designados nueve obispos de forma conjunta.
El acuerdo puso fin a más de 50 años de división en la Iglesia local en medio de un vínculo en el que Roma y Beijing no tienen relaciones diplomáticas desde la proclamación de la República Popular en 1949.
Con el acuerdo, se implementó un sistema de designaciones, que prevén el envío de Beijing de una terna de candidatos a Roma para la aprobación papal. El texto completo de la norma, de todos modos, se mantiene secreto desde su firma.
El Vaticano y China se mantienen sin relaciones y sin embajadas mutuas, más allá de los recurrentes gestos del pontífice, que el año pasado renovó su deseo de visitar al país asiático durante un viaje a Mongolia.
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