Los investigadores han avanzado con el peritaje del celular de Catalina, revelando datos cruciales que podrían ayudar a esclarecer los hechos.
Según el análisis, el teléfono de la abuela contenía un total de 166 llamadas, de las cuales 34 fueron eliminadas. Además, el dispositivo almacenaba dos carpetas, tres números de IMEI y 31 contactos. La eliminación de estas llamadas ha generado sospechas en torno al manejo del dispositivo.
Catalina, al ser consultada sobre el uso de su celular Samsung modelo GSM GT, declaró que no estaba segura de si las llamadas eliminadas eran suyas, ya que ella solo lo utilizaba para contestar llamadas y lo dejó cargando en varias ocasiones. En medio de la incertidumbre, apuntó a su hija Laudelina como la posible responsable de haber borrado esas llamadas, alegando que lo hizo porque "se llena la memoria y no entran las llamadas".
La mujer mayor explicó que, debido a su limitado conocimiento sobre el uso del celular, solo atendía las llamadas entrantes y no realizaba otras funciones en el dispositivo. Este nuevo giro en la investigación podría aportar elementos clave para entender qué sucedió con Loan en la fecha de su desaparición.