La convocatoria está abierta a autores mayores de 21 años residentes en Argentina y las obras escritas en español deberán ser originales, inéditas (no publicadas en formato libro papel o libro digital, ni parcialmente en revistas papel o digitales) y al momento de la presentación a esta convocatoria deberán estar libres de fallo de concursos o de evaluación en otras editoriales.
En diálogo con Télam, Corbacho señaló que los textos se recibirán por el mail a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. -adonde también se pueden hacer consultas relativas al concurso-; y sólo se admitirá uno por autor en cada categoría, sin nombres propios o con seudónimo, mientras un equipo evaluador de la editorial hace las rondas lectoras iniciales y la etapa final cuenta con un jurado de trayectoria reconocida "que mantenemos en forma anónima para garantizar la transparencia del proceso".
Los resultados se publicarán en el sitio www.baltasaraeditora.com, en su página FB y en su IG y las obras seleccionadas (en caso de que el concurso no quede desierto, una posibilidad en iniciativas como éstas) serán publicadas durante 2024 sin costo para las y los autores, que recibirán el pago de los derechos de autor con la entrega de libros de acuerdo a los porcentajes vigentes. Las bases del concurso están en baltasaraeditora.com/convocatorias1.
Estas convocatorias surgieron en 2015, "en aquel momento la obra ganadora fue 'Cotidiano', un libro de cuentos de Mariana Travacio, nuestro primer título publicado; y la calidad del material recibido nos dio la pauta de que estábamos en el camino correcto", repasó Corbacho.
Años más tarde, de la convocatoria de novela de 2019 salió “El último Falcon sobre la tierra”, de Juan Ignacio Pisano, que resultó ganadora además del Premio Fundación Medifé-Filba de ese año, "otra vez una apuesta editorial exitosa y un material que se destacaba en sí mismo", apuntó el editor.
"Para nosotros las convocatorias son una forma de trabajo que sostenemos y organizamos todo el año de laboral en torno a ellas", acotó, si bien toman "trabajos extra-convocatoria" que, sin embargo, no es lo que fomentan desde Baltasara, porque no son el eje central del armado del catálogo editorial.
En este momento, indicó, "es posible que nuestras convocatorias sean una opción para aquellos que participaban en concursos organizado por las áreas de cultura del gobierno" y añadió que "aún así, en categorías específicas siempre fuimos una de las pocas oportunidades de publicación".
"Habitualmente cubrimos los gastos de edición de una o dos obras seleccionadas si el material está a la altura de nuestra exigencia editorial, aunque puede que haya mucho material que merezca la pena y se proponga además otro tipo de contrato para los que sigan en orden de mérito", explicó.
Se trata de una editorial que "siempre trabajó con capital propio" y "eso nos dio la independencia necesaria para poder hacer de Baltasara Editora lo que es hoy", si bien "la coyuntura de momento es compleja", aseguró en referencia al año hiperinflacionario que atraviesa la Argentina y al proyecto de ley Bases que por estos días se debate en el Congreso Nacional y que incluye, entre otras cuestiones, derogar la Ley 25.542 de defensa del libro.
Esa ley, remarcó, "garantiza la competencia justa" porque, sostuvo, las librerías chicas son los "puntos de venta" de los que dependemos para colocar nuestra producción", espacios donde "habitualmente surge la figura del librero como conocedor de la literatura y de sus lectores".
Esos espacios, además, "no compiten con las grandes cadenas que se benefician con esta la derogación" porque "sólo compran a distribuidores que demandan cantidades de libros que los independientes no tenemos y suman un porcentaje de descuento que en la economía de una editorial de tiradas pequeñas no es viable", acotó.
Mientras que la ley ómnibus, "afecta al circuito cultural en su totalidad, todos los espacios culturales de los que dependemos para la difusión de cultura local, en nuestro caso los libros", señaló Corbacho.
Y, advirtió que "la sinergia que generan las iniciativas culturales del Estado (becas, concursos, ferias, bibliotecas populares y un largo etcétera) incentivan la producción" y "es fundamental para el desarrollo de una sociedad", porque "la cultura no es una empresa o un bien, es un capital invaluable que hace rica a la sociedad".
Esto, junto las circunstancias propias del sello tras la muerte en 2022 de su creadora, Liliana Ruiz, una reconocida librera, editora y madre de Corbacho, hace que Baltasara haya reducido las tiradas, que programe las impresiones según se vayan agotando los títulos y que hayan pasado de editar 12 títulos anuales previo a la pandemia a los siete actuales, acorralados también por el alto costo del papel.