“Los hermanos sean unidos, esa es la ley primera..."
Mientras tanto, y alejados de la realidad, sectores sindicales, agrupaciones y militantes políticos comienzan, preocupados, a especular -a espaldas de quienes deberían representar cabalmente- sobre oportunidades de Poder, ciegos ante las necesidades y problemáticas reales de la gente.
¿Otra vez lo mismo? ¿El continuismo o el antagonismo? ¿Nadie es capaz de animarse a una consulta popular? ¿A ensayar otros caminos? Una sociedad que no sueña, no progresa. Una sociedad que no se empodera de derechos para concretar sus sueños está inmovilizada.
Pareciera que no hay una percepción clara de que está en juego el bienestar general, mientras la dirigencia política sigue encerrada vergonzosa y sordamente en sus mezquindades. Pero, así como no se gana una guerra con retiradas y huidas, -la polarización puede ser una de ellas- tampoco se cambia la situación económica, social y politica de la comunidad y la provincia con inmovilismo, oportunismo y menos con una elección. Se requiere protagonismo.
Si nuestros gobernantes y dirigentes políticos no crean las condiciones para que la Comunidad se exprese, y continúan con prácticas políticas conservadoras, de clientelismo, de pura propaganda, de ataques políticos entre ellos, o de pugna de intereses para cada uno de sus sectores, o construyendo frentes electorales falaces con nuevas fachadas engañosas, ignorando las necesidades, demandas y problemáticas de nuestros ciudadanos y comprovincianos, nunca serán capaces de concretar los sueños y esperanzas de bienestar y progreso que es lo único que espera la comunidad que los vota.
Cuando los ciudadanos de cada barrio, comunidad, departamento y provincia comiencen a organizar sus propios ámbitos de propuesta, debate, deliberación y decisión, por pura asamblea, colegiadamente, solidariamente, sin ninguna intervención gubernamental ni institucional, ni de los políticos tradicionales o disfrazados de populares, sin pedir permiso a nadie, recién allí comenzaremos a tomar conciencia de la necesidad de empoderarnos de nuestros derechos para decidir la política económica y social que deseamos para gobernarnos y el tipo de práctica politica comunitaria posible. Terminemos con la política de los políticos, y empecemos a construir la política de la comunidad. La politica basada en los valores de la persona y su dignidad. La politica de la solidaridad y del servicio público y desinteresado.