El mandatario libertario cuestionó los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, sosteniendo que Argentina abandonará su histórica postura de neutralidad y buscará liderar una "agenda de la libertad", diferenciándose de las iniciativas globalistas que, según él, atentan contra la soberanía de las naciones.
Durante su alocución, Milei también hizo referencia a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y criticó la postura de la ONU frente a Israel, acusando al organismo de votar en contra del único país del Medio Oriente que defiende la democracia liberal. Además, señaló que la Agenda 2030 "es un programa supranacional de corte socialista" que, según su opinión, restringe los derechos fundamentales como la vida, la libertad y la propiedad.
El presidente argentino dejó en claro su rechazo a las políticas colectivistas promovidas por la ONU, alegando que estas han fracasado y que es necesario cambiar de rumbo. Para Milei, las soluciones propuestas por la ONU no son viables, y el organismo se ha desviado de sus principios fundacionales de cooperación internacional en defensa de la libertad.
Finalmente, el presidente expresó su preocupación por la inclusión de regímenes dictatoriales en organismos clave de la ONU, criticando su incapacidad para abordar conflictos globales como la invasión rusa a Ucrania y la defensa de los derechos humanos, especialmente en países como Venezuela y Cuba.