Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos noticias de la lluvia de inversiones pero tampoco de la Pobreza Cero; es decir, una de cal y otra de arena. Además, como bien explicó el ministerio de Hacienda, “el consumo está creciendo, pero por fuera del radar del INDEC”. Ocurre que la gente consume más pero no se nota. Es el famoso consumo indetectable, un fenómeno estudiado por la Anthony Hopkins University.
Hace un año y medio, apenas asumido el nuevo gobierno, Marcos Peña anunció con emoción: "Hoy se termina la guerra del Estado contra el periodismo". Concluía así un terrible conflicto que casi hizo desaparecer a TN e incluso al canal Volver. Por si no quedara claro, unos meses después, el ministro de Correos y Telégrafos Oscar Aguad, explicó que “la mejor ley de medios es la que no existe”, una afirmación asombrosa aún para los estándares generosos de Cambiemos, ese eficaz anabólico de ideas zombie y delirios reaccionarios.
Como suele ocurrir, después del final de la guerra vino la capitulación. Luego de derogar la Ley de Medios, aceptar la compra de Nextel, regalarle el 4G y terminar con Fútbol Para Todos, el gobierno aceptó que Clarín se quedara con Telecom. Como escribió Martín Becerra: “Los nuevos niveles de concentración serían motivo de intervención de autoridades de defensa de la competencia en cualquiera de los países europeos o de América del Norte que suelen citarse como ejemplo de políticas serias”.
En esto también aplica el famoso Plan Burundi: llegar a ser como Alemania con las regulaciones y controles públicos de Burundi. Con trabajo en equipo y timbreo, se puede. Sólo espero que entregarle todo al gran diario argentino no le quite objetividad con respecto al gobierno. En todo caso, el directorio de Clarín ya habría aceptado el plan de adecuación de la Argentina, una noticia alentadora.
Esta semana supimos que el gobierno suspendió los planes Progresar, aunque al parecer fue un error de la ANSES que será remediado. Descartamos entonces que luego de enfrentarse con la mafia de los docentes, de los investigadores, de los discapacitados, de los jubilados y de los viudos, el gobierno haya decidido terminar de una vez con el gang de los becarios del Progresar. De todos modos, no estaría mal que alguna vez el gobierno intente equivocarse para el otro lado y por error amplíe las jubilaciones, otorgue más becas o aumente las pensiones.
El humorista Mariano Mayer, a cargo de la secretaría de Emprendedores y Pymes, reconoció que en 2016 cerraron casi 6.000 pymes en todo el país y explicó que la actividad está frenada por el efecto de los juicios laborales. Al parecer, las pymes cierran preventivamente por juicios que tardarán varios años en resolverse y no por la suba inmediata de tarifas y la caída del consumo. Como la curación por las gemas, es sólo cuestión de fe.
En el prospecto del famoso Bono Highlander a 100 años, el gobierno ilustró las bondades del país emisor, olvidándose de la tan promocionada pesada herencia. Según las cifras del ministerio de Finanzas de la Nación, el explosivo déficit fiscal de 7% que habría dejado en el 2015 el marxista Axel Kicillof- y que justificó el pedido de ajuste de nuestros economistas serios- sería, en realidad, del 3,9%. Sin duda, quienes repitieron esa cifra errada, como Alfonso Prat Gay, Sturzenegger, el propio presidente Macri o nuestros medios serios, aclararán su error. Sería injusto que los ciudadanos de la Argentina ignoren lo que saben los bonistas del mundo.
El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi ordenó el allanamiento y la intervención del Sindicato de Canillitas y retuvo a su titular, el diputado Omar Plaini, en el marco de una causa por supuestas irregularidades en las elecciones internas de 2013, que la Corte Suprema había resuelto en favor de la actual conducción del gremio. Si encarcelando opositores e interviniendo sindicatos ídem, el gobierno no logra reconciliar a los argentinos, debería dejar de intentarlo. Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.