Bolivia define a su próximo presidente en una elección marcada por la crisis y el fin de una era política

Bolivia celebra una jornada electoral clave para su futuro político y económico. Más de 7,9 millones de ciudadanos están habilitados para votar, de los cuales 7.567.207 lo hacen en territorio boliviano y otros 369.931 desde 22 países, según datos oficiales.
Los bolivianos deberán elegir al nuevo Presidente, Vicepresidente y renovar la Asamblea Legislativa, en un escenario inédito que podría poner fin a dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS).
Los candidatos en disputa
Los principales aspirantes son el empresario de centro-derecha Samuel Doria Medina, quien se define como socialdemócrata, y el ex presidente liberal Jorge “Tuto” Quiroga, férreo opositor al llamado “socialismo del siglo XXI”.
Las últimas encuestas previas a los comicios ubican a Doria Medina en primer lugar y a Quiroga muy cerca en el segundo, lo que abre la posibilidad de una segunda vuelta electoral.
De confirmarse este escenario, significaría el cierre de un ciclo histórico marcado por la influencia del MAS y el liderazgo de Evo Morales, quien fue inhabilitado para participar en estos comicios y hoy mantiene una fuerte distancia política con el presidente saliente, Luis Arce.
Un país dividido y en crisis
El proceso electoral se desarrolla en medio de la peor crisis económica de las últimas cuatro décadas y una creciente polarización política. La fragmentación social y las disputas internas han dejado un amplio sector del electorado en la incertidumbre: se estima que un 33% de los votantes podría optar por el voto en blanco, nulo o aún permanece indeciso.
Analistas señalan que este escenario podría beneficiar a Andrónico Rodríguez, candidato de la Alianza Popular, de perfil estatista y cercano a la línea ideológica del MAS, que esta vez no participa de manera directa en la contienda.
Fin de alianzas y tensiones políticas
Lo que en otro momento fue una alianza estratégica entre Morales y Arce, hoy se transformó en un quiebre irreconciliable, con acusaciones cruzadas de traiciones y golpes internos. Según plantea un informe de France 24, esta elección podría marcar el fin de una era y un giro hacia la derecha en Bolivia.
El voto en el exterior
La comunidad boliviana en el exterior también cumple un rol significativo. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por ejemplo, están habilitados más de 60.000 votantes, distribuidos en 24 escuelas, informó el Gobierno porteño a la agencia Noticias Argentinas.
Con un panorama abierto y lleno de incertidumbres, Bolivia enfrenta una jornada electoral que no solo definirá a su próximo presidente, sino también el rumbo político y económico de los próximos años.