Hace un par de semanas, un compañero de la JUP apareció en las páginas de El Diario de La República, por un subsidio que recibió a su nombre para un viaje de estudios: un Congreso Nacional de Trabajadores Sociales. Este compañero es pasante. Por su buen desempeño, continúa trabajando, pero no tuvo la suerte de entrar en la lista de los acomodados que anteriormente fueron funcionarios. Su tarea es resolver situaciones de personas en situación de vulnerabilidad, como personas con discapacidad, ancianos y mujeres.
Me lo encontré en el colectivo. Su desilusión y decepción, después de haber trabajado tanto por el proyecto provincial, fue la que compartimos muchos que no entendemos por qué tanta cizaña, cuando hace menos de un año militábamos en el mismo espacio político.
Tengo la suerte de ser la tercera generación de peronistas en mi familia. Conozco al peronismo antes que a la provincia de San Luis. Fui fiel defensora territorial, pero más que nada en estos espacios virtuales, como nadie se ha jugado, de la visión de Alberto Rodríguez Saá, después del peronismo exitoso de esta provincia. Siempre consideré esa visión muy superior a las políticas que llegaron a la Nación con Néstor y Cristina. Por esto, me he peleado con muchxs compañerxs, pues nunca acepté el pago de la deuda al FMI de una deuda ilícita que pertenece a la misma oligarquía antiperonista, abuela de quienes hoy están en el poder. Y mucho menos perdoné la Ley Antiterrorista impuesta desde la embajada de EEUU, ni el avance de la entrega de nuestras riquezas a transnacionales mineras y sojeras.
Sé de peronismo más que cualquiera de los funcionarios que estaban en el gabinete del último gobierno peronista provincial. Y lo digo con la soberbia de quien, a los 13 años, ya tenía una marcada actitud politizada y que, en mi ciudad natal, General Alvear (Mendoza), escuchó a un sacerdote tercermundista sobreviviente de la dictadura y a la mismísima Chiche Duhalde contar la experiencia de sus manzaneras y la organización territorial en la Provincia de Buenos Aires. Después de su exposición, no tuvo problemas en cargar a una madre con una niña en su vehículo para llevarla al Garrahan, que recién le pedían ayuda con desesperación.
Pude admirar y aprender de una mujer, mi tía, la Berta, que, aunque alejada de los mecanismos machistas de los varones de un PJ provincial que legitimaba a las mujeres con las que se vinculaban para "ascenderlas" al poder, con su capacidad profesional y política, logró avanzar, aunque le costara el doble. Así y todo, fue la primera que encabezó una lista sin el apellido Rodríguez Saá y logró más votos que quien gobernaba en ese entonces (el mismo que la sacó de sus funciones ministeriales por tener mejor imagen pública).
Actualmente, soy empleada municipal. Pero, para sorpresa de lxs nuevitxs militantes que "se rasgan las vestiduras con los dedos en V," ya tengo casi dos décadas en el municipio y un poco menos en planta permanente. Con esto aclaro que NO SOY FUNCIONARIA. Quizás tanta entrega a defender un gobierno peronista sin un cargo les suene raro e increíble, pues evidentemente es su perspectiva. Desde la mía, la del llano, o en la de algún lugar jerárquico, es la misma. Siempre soy igual. Aun con varios libros y conocimientos más, quienes me conocen desde siempre pueden afirmar que esto soy. Con mucho orgullo, una NEGRA PERONISTA, con la suficiente capacidad de reconocer el peronismo. Por eso afirmo que la gestión de Maxi es peronista. Y cada expediente que publiquen es de una gestión peronista ayudando a quien lo necesite.
A quienes escriben, salgan de esos escritorios y hagan honor a la ética de la profesión, y fíjense con quiénes se meten. Investiguen quiénes son. Quizás así sientan un poco de vergüenza por meterse con gente que apenas tiene patrimonio. No sean tan miserables.
Y para el Diputado Nacional: si hubiera dejado los sueldos a los municipales de La Toma como se debe, no necesitarían ningún Tratado de La Toma. Que se ponga a leer un libro de Perón, al menos, y después que venga a sacar el peronómetro. Cuando Juan Domingo Perón dijo: "Para conducir a un pueblo, la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo", les puedo asegurar que no se refería a la demagógica forma chuncana de hablar. Eso no te hace popular.
Les deseo suerte a lxs "cunas de oro" en sentirse peronistas. Lxs negrxs peronochxs seguimos con las mismas convicciones con las que nacimos, crecimos y actuamos.
