La clara intencionalidad política expresada públicamente por los grandes grupos de poder y sus representantes políticos y corporativos, especialmente del campo y la gran industria, así como de las multinacionales, presionando para una devaluación del peso, o lo que es lo mismo para devaluar el salario real de los trabajadores y el valor de la producción nacional, constituyen ya no una batalla por la puja distributiva del ingreso, que es deber del Estado regularla para que sea justa, sino una manifiesta intención desde los grupos de poder de acaparación de gran parte de esa riqueza que producen los trabajadores. Esto identifica cada vez más a los sectores que acumulan riqueza por un lado, y a los que se empobrecen por el otro.
Un rugbier dijo una vez: “El futbol es un juego de caballeros practicado por rufianes, y el rugby un juego de rufianes practicado por caballeros”. No hay mentira más violenta que ésta, pero se aplica muy bien a la Política.
La Política bien puede ser considerada como un juego de poder, pero no es un juego; por las consecuencias buenas o malas sobre las personas. Y quienes la practican hegemónicamente, bien son rufianes o caballeros. Históricamente la Política ha sido violenta. Carl Von Clausewitz decía que “la guerra es la continuación de la Política por otros medios”, pero en realidad la guerra es la verdadera cara de la Política. Una y otra matan.
Un 25 de junio de 1978 Argentina triunfaba en el campeonato mundial de fútbol en circunstancias sociales controversiales, parte de una historia que no debemos olvidar; este deporte tan popular (o populista, si se quiere) es tan identitario de la sociedad argenta que es casi imposible concebir la argentinidad sin el fútbol.
Calle Angosta | Periódico Digital. Publicación digital con artículos de interés en diversas temáticas, con selección de textos, imágenes, audios y vídeos.