“Es bastante rara porque es básicamente monárquica, con un tono levemente irrespetuoso, pero es muy irónica. Es casi como una canción de amor a la Reina”, dijo alguna vez Paul McCartney al referirse a la pequeña pieza que fue editada “escondida” al final de Abbey Road. Her Majesty dura apenas 23 segundos que sobrevivió a pesar de haber sido descartada como parte del medley final del disco editado por Los Beatles en 1969.
McCartney compuso el tema para que sea parte del “collage” de canciones, e iba a ocupar el lugar entre «Mean Mr. Mustard» y «Polythene Pam». Sin embargo Paul sospechó que esa secuencia no funcionaría y la canción fue cortada por el operador de cinta de los estudios EMI John Kurlander.
Paul McCartney y la Reina Isabel II, en 2012. Detrás, Annie Lennox
McCartney le pidió a Kurlander que destruyera la cinta, sin embargo la política vigente en EMI era la de no descartar ninguna de las canciones que grabaran los Beatles. El operador dejó la pequeña canción al final del disco, tras varios segundos de silencio del último tema, y se olvidó del asunto. Los catorce segundos de silencio entre «The End» y «Her Majesty» son el resultado de la conducción de cinta de Kurlander fuera del agregado a la canción por separado del resto de la grabación.
Her Majesty ni siquiera aparece en la lista de canciones publicadas en la contratapa de Abbey Road, por lo que se convirtió, casi sin querer, en el primer hidden track (o canción oculta) del rock. McCartney sostuvo que “así fue como sucedieron las cosas. Realmente, ya sabes, toda nuestra carrera fue así, así que es un final apropiado”.
Los Beatles y la Monarquía
Años antes de que McCartney intentara componer una canción para la Reina, Los Beatles estuvieron en el Palacio de Buckingham para ser condecorados por Isabel II. El 26 de octubre de 1965 la Reina los condecoró con la medalla que ungía a cada uno de sus integrantes como Miembro de la Orden del Imperio Británico.
La ceremonia significó en aquel entonces un triunfo de la cultura joven, que monopolizaba la vida social de ese país y extendía su poderío al resto del mundo, a través de sus principales representantes, pero también provocó la ira de los sectores más conservadores, ya que fue la primera vez que un título nobiliario –el menor de las cinco órdenes posibles- recaía en manos de artistas y, además, de corta edad y trayectoria, lo que fue tomado como una ofensa por militares de alto rango que habían sido condecorados por su labor durante la Segunda Guerra Mundial.
Ya un año antes de esta condecoración, en noviembre de 1963, Los Beatles participaron en el programa del espectáculo de variedades que anualmente se ofrecía a Su Alteza. John Lennon, desafiante, lanzó una mirada al palco real, donde se encontraban la Reina Madre y la princesa Margarita, antes de «Twist & Shout» y pidió quienes estén sentados en los asientos baratos batieran sus palmas, mientras que el resto, hiciera sonar sus joyas.
Muchos años después, en 2012, Paul McCartney fue parte del recital en homenaje al jubileo de la Reina, cuando se cumplieron 60 años de su reinado. Además, tanto Ringo Starr como McCartney fueron investidos con el título honorífico de Sir, que comparten con otras estrellas británicas, como Elton John, Sting, Eric Clapton y Bono, por nombrar algunos.
Fuente: Aire digital.