Este fenómeno ha dejado a varias localidades sin comunicación, generando un grave problema para los residentes. Además, se advierte que las empresas de telefonía no están invirtiendo en infraestructura móvil ni en fibra óptica, lo que agrava aún más la situación.
Los robos de cables no solo afectan la comunicación diaria de los ciudadanos, sino que también impactan en servicios esenciales como la atención médica y la seguridad pública. A medida que los incidentes de robo aumentan, la cantidad de trabajadores en el sector de telecomunicaciones disminuye, dificultando aún más la capacidad de respuesta y reparación.
Las comunidades afectadas instan a las autoridades y a las empresas de telecomunicaciones a tomar medidas urgentes para mejorar la seguridad de las infraestructuras y aumentar la inversión en tecnologías más modernas y seguras, como la fibra óptica. La falta de acción no solo perpetúa la incomunicación, sino que también pone en riesgo la calidad de vida de los habitantes de la provincia.