La especialista criminalística Silvia Carolina Sawzuck explicó el orden y la dinámica de los disparos que acabaron con la vida de Johana. Según su análisis, el primer disparo impactó en la muñeca izquierda de la víctima, seguido por un segundo disparo en el pecho que la hizo caer al suelo. Un tercer disparo fue dirigido al abdomen cuando Galdeano ya estaba acostada en la vereda. Sawzuck destacó que Solalinde arrastró el cuerpo de la joven desde la vereda al interior del galpón, evidenciado por las marcas y escoriaciones en la espalda de la víctima.
El cuarto disparo, en la mejilla derecha, fue efectuado a una corta distancia, lo que dejó restos de pólvora en el rostro de Galdeano. La perito describió que este disparo fue realizado cuando Solalinde estaba casi de cuclillas, lo que evidencia la cercanía y la intención deliberada en su acción. Aunque no se precisaron detalles del quinto disparo, se estableció que todos los tiros fueron intencionales y no accidentales.
El subcomisario Guillermo Becerra, perito balístico, presentó el revólver Magnum calibre 357 utilizado en el crimen y explicó que esta arma tiene un sistema de seguridad que debe desactivarse antes de disparar, descartando la posibilidad de que los tiros hayan sido accidentales.
Estas declaraciones, junto con las pruebas presentadas, refuerzan la acusación contra Solalinde, quien enfrenta la posibilidad de una condena a prisión perpetua por el asesinato de Johana Galdeano.