La situación se agrava por la escasez de turnos, que obliga a los pacientes a hacer largas filas desde la madrugada con la esperanza de conseguir una cita.
Además, el área de diagnóstico por imágenes está sin sistema, lo que fuerza a los pacientes a fotografiar sus radiografías con sus propios celulares, comprometiendo la calidad del diagnóstico y su privacidad. Esta situación es resultado de la falta de pago del gobierno provincial, que ha dejado sin servicio a uno de los hospitales más importantes de la región.
La reciente tercerización de áreas como Tomografía, Mamografía y Resonancia ha empeorado la situación, afectando especialmente a los pacientes más vulnerables. Los especialistas del hospital son los que enfrentan la indignación de los pacientes, mientras que la responsabilidad recae en las decisiones administrativas y financieras del gobierno provincial.