La reforma de la ley de Alquileres busca modificar varios aspectos de las reglas actuales que rigen los contratos de alquiler en Argentina. Algunos de los puntos clave incluyen la reducción de la duración de los contratos de alquiler de tres años a dos años, con la posibilidad de realizar ajustes de precios hasta tres veces al año. Además, permite a las partes acordar el índice que se utilizará para realizar estos ajustes, como el índice de precios al consumidor (IPC), el índice de precios mayoristas (IPM) y/o el índice de salarios (IS).
Sin embargo, el panorama en el Senado es más complicado, ya que la oposición, liderada por Juntos por el Cambio, no tendría suficientes votos para lograr la aprobación. El oficialismo está presionando para llevar a cabo audiencias con expertos y representantes de los diferentes sectores involucrados en los alquileres, como propietarios e inquilinos, antes de avanzar con la votación.
Uno de los principales puntos de disputa es la duración de los contratos, ya que el oficialismo defiende la duración actual de tres años, mientras que la oposición busca reducirlo a dos años. También hay diferencias en relación con los pagos anticipados por parte de los inquilinos y la falta de una referencia para establecer los montos de los alquileres.