Una trampa mortal: Melisa Belén Cabrera Kahl murió por un bache sin señalizar y su familia exige justicia

Villa Mercedes, Melisa Belén Cabrera Kahl tenía solo 31 años. El 11 de junio pasado circulaba en moto por la ciudad de Villa Mercedes cuando cayó en un bache profundo sin señalizar. Estuvo internada 40 días y, pese a los esfuerzos médicos, falleció. Su historia es una más, pero no debería serlo. Su familia la transformó en un grito colectivo contra el abandono estatal.
“No hubo exceso de velocidad, ni imprudencia. Lo que hubo fue una trampa mortal a la vista de todos”, sostienen sus seres queridos.
El accidente
El siniestro ocurrió en calle Vinuesa, entre H. Irigoyen y León Guillet, una zona urbana transitada, donde el mal estado del asfalto era conocido por los vecinos, quienes habían reclamado en reiteradas oportunidades a la Municipalidad sin obtener respuesta. En ese lugar, Melisa encontró un pozo sin ningún tipo de advertencia ni señalización.
El impacto fue brutal. Melisa fue trasladada de urgencia y permaneció internada durante semanas. Finalmente, falleció a causa de las lesiones.
Indignación y silencio oficial
Lo que siguió fue el silencio. Ninguna autoridad municipal emitió declaraciones, no hubo avances públicos en la investigación, ni tareas de reparación o señalización en la zona. La herida sigue abierta.
“La tragedia de Melisa no fue un accidente inevitable. Fue la consecuencia de una negligencia estructural. Y como tal, debe tener responsables”, afirmaron sus familiares en un comunicado.
Exigen justicia y cambios estructurales
En el texto difundido, su entorno reclama una memoria activa, políticas públicas concretas y una presencia real del Estado en temas de seguridad vial. Señalan que detrás de muchos siniestros viales no hay decisiones individuales mal tomadas, sino obras inconclusas, falta de mantenimiento, mala planificación y desidia oficial.
“Cada muerte evitable que no se evita, es una forma de abandono”, expresaron.
Seguridad vial: más que educación
El caso de Melisa visibiliza una problemática extendida en muchas ciudades argentinas: la seguridad vial no puede recaer únicamente en la educación del ciudadano. Se necesitan calles en condiciones, infraestructura segura, señalética visible y una inversión sostenida en mantenimiento urbano.
“Lo que le pasó a Melisa podría haberle pasado a cualquiera”, repiten sus familiares. Y tienen razón.
Lo que falta
A más de un mes de su muerte, no hay responsables identificados, ni medidas concretas que garanticen que esto no vuelva a suceder. Mientras tanto, el pozo que le quitó la vida a Melisa sigue ahí. El mismo lugar, el mismo riesgo.
Su familia no busca culpables al azar. Busca justicia, prevención y una transformación estructural para que su historia no se repita.