Bomberos voluntarios de La Carolina apagaron un incendio y volvieron en colectivo por falta de movilidad

El cuerpo de voluntarios no cuenta con vehículo oficial desde hace seis años. Tras sofocar un incendio forestal a 30 kilómetros, debieron regresar en transporte público. Una vecina los había llevado en su auto particular.
La vocación y el compromiso de los bomberos voluntarios muchas veces se ponen a prueba en situaciones insólitas, pero lo que vivieron los oficiales de La Carolina roza el absurdo. El jueves por la tarde, tras combatir un incendio forestal en el paraje Cerros Largos, debieron volver a su localidad… en colectivo.
El siniestro ocurrió frente a la escuela rural de Cerros Largos, a unos 30 kilómetros de La Carolina, donde las llamas afectaron aproximadamente cinco hectáreas y hasta derribaron un poste de luz, con el riesgo que eso implica. Para llegar al lugar, los bomberos debieron ser trasladados por una vecina en su vehículo particular, ya que el cuartel no cuenta con movilidad propia desde hace seis años.
A pesar de las dificultades, los voluntarios actuaron con rapidez y profesionalismo. Con la colaboración de bomberos de La Toma, efectivos policiales y vecinos de la zona, lograron contener el fuego sin que se registraran víctimas.
Sin embargo, lo que dejó perplejos a muchos fue el regreso: sin ningún tipo de apoyo logístico ni vehículo disponible, los bomberos tuvieron que tomarse un colectivo de línea para volver a su base. “Menos mal que no les cobraron el pasaje”, dijo con ironía un vecino que presenció la escena.
La falta de movilidad no es solo una incomodidad: representa una seria limitación para atender emergencias de manera rápida y eficaz. La situación evidencia el abandono que padecen muchos cuerpos de bomberos voluntarios del interior provincial, cuya labor es vital en zonas rurales y de difícil acceso.
El episodio generó indignación en las redes sociales, donde muchos usuarios destacaron la entrega de los bomberos y reclamaron respuestas urgentes a las autoridades. La necesidad de dotar a los cuarteles de los recursos mínimos indispensables —como un vehículo operativo— es un reclamo que ya no puede seguir siendo postergado.