Final en jaque: clubes se bajan y la definición por ascenso queda en el aire
La final por el ascenso de la Liga Sanluiseña quedó al borde de no jugarse luego de que los dos clubes que la correspondían declinaran participar, en medio de una fuerte disputa económica con las autoridades del torneo. Lo que debía ser la fiesta que consagrara al nuevo equipo de élite, tiene hoy un final incierto.
Los protagonistas de este conflicto son Independiente de Beazley y San Lorenzo —ambos finalistas del torneo de Segunda División (Primera B)—. Según manifestaron, decidieron no presentarse al partido decisivo luego de conocer que la organización exigía que cobraran entradas con fines recaudatorios para “cubrir gastos”. Esa condición fue interpretada por dirigentes de ambos clubes como una medida injusta e impositiva, que recarga sobre ellos el costo de lo que consideran responsabilidad de la Liga.
Los clubes respondieron con un plan de no ir al campo si no se revocaba esa decisión, advirtiendo que no puede ser que, tras una temporada de esfuerzo, la definición quede abierta por una disputa de dinero. Para muchos dirigentes y simpatizantes, la medida de cobrar entradas en la final —especialmente en un torneo de ascenso local— desvirtúa el espíritu de la competencia.
Por su parte, las autoridades de la Liga mantuvieron su posición: dijeron que la recaudación era necesaria para financiar la organización del evento y cubrir gastos logísticos que, en sus palabras, exceden lo habitual. Aseguran que no se trata de una imposición arbitraria sino de una práctica que buscan institucionalizar para sostener las competencias.
La tensión creció cuando ambas partes —dirigentes de club y autoridades de la Liga— declararon posturas irreconciliables. Los clubes advirtieron que no entablarán diálogo mientras persista la exigencia, y desde la Liga respondieron que no aceptarán modificaciones de último momento. El resultado: la final hoy “pende de un hilo”.
A pocas horas de lo que debería haber sido el cierre del torneo, hinchas, jugadores y dirigentes aguardan una definición. Si no hay una solución de consenso, la temporada podría terminar sin campeón ni ascenso —una decisión histórica que generaría malestar y cuestionamientos al fútbol local.
