Detalló que su médica oncohematóloga fue despedida sin motivo antes de iniciar su tratamiento y que los médicos oncólogos no atienden a pacientes con cáncer en sangre, ya que se especializan en tumores sólidos.
A sus 46 años, Celeste fue diagnosticada a principios del año pasado. La leucemia linfocítica crónica, una enfermedad sin cura, suele manifestarse en pacientes de más de 70 años y puede ser indolente durante décadas. Sin embargo, en su caso, la enfermedad avanzó rápidamente, y en menos de un año después del diagnóstico, el 99% de su médula ósea estaba afectada por el cáncer.
Celeste elogió a su médica hematóloga del Centro Oncológico, a quien describe como una profesional excepcional que le proporcionó un tratamiento experto y comprensivo. Sin embargo, su despido ha dejado a Celeste y otros pacientes preocupados por la calidad y continuidad de su atención médica.
Este caso resalta la importancia de garantizar la estabilidad y la calidad del personal médico en los centros de atención oncológica, especialmente para pacientes con enfermedades graves y crónicas como el cáncer en sangre.