El hecho se produjo el 8 de agosto, cuando los delincuentes lograron hackear su cuenta. Sin que Mónica lo supiera, solicitaron un préstamo millonario a su nombre y, de inmediato, transfirieron 288 mil pesos a una cuenta del Banco Galicia, registrada a nombre de una mujer.
Mónica no había recibido ninguna advertencia ni notificación sobre las operaciones fraudulentas hasta que, tres semanas después, un empleado bancario le informó sobre los movimientos inusuales en su cuenta. Tras conocer la situación, Mónica acudió a la Comisaría 18ª, donde presentó una denuncia por estafa, que ahora está en manos de la fiscal adjunta Cecilia Framini.
Este caso destaca la vulnerabilidad a la que están expuestos los usuarios bancarios, especialmente los adultos mayores, ante los sofisticados métodos de los ciberdelincuentes. La comunidad espera que las autoridades actúen rápidamente para esclarecer el delito y proteger los derechos de las víctimas.