El crimen del policía en Cortaderas: una tragedia anunciada por la falta de seguridad
Hace dos meses, la intendenta de Cortaderas, Macarena Benítez, había alertado sobre la creciente inseguridad en la zona.
En julio, pidió formalmente al Gobierno Provincial que reforzara la presencia policial en su localidad, preocupada por los hechos delictivos que afectaban a la comunidad. La respuesta que obtuvo de la ministra de Seguridad, Nancy Sosa, fue una reprimenda pública. Hoy, tras el asesinato del oficial Renato Fuentes, las advertencias de la intendenta adquieren un trágico sentido.
El oficial Fuentes fue asesinado el viernes por la noche mientras intentaba detener a delincuentes que asaltaban una finca a las afueras de Cortaderas. El ataque ocurrió en la ruta 1, kilómetro 17, cuando Fuentes y su compañero acudieron a una llamada de emergencia. Al dar la voz de alto, los delincuentes respondieron con balas. Una de ellas impactó fatalmente en la espalda de Fuentes, quien falleció en el lugar mientras perseguía a los asaltantes.
Renato Fuentes, de 30 años y oriundo de Río Cuarto, llevaba 16 años de servicio en la Policía de San Luis. Residía cerca de Cortaderas y era padre de dos pequeños, de 5 y 1 año.
El pedido de mayor seguridad de Benítez no fue aislado. Valeria Khun, intendenta de Naschel, localidad vecina, también había declarado la «emergencia en seguridad» semanas antes, instando al Gobierno a actuar. A pesar de los reclamos, las respuestas fueron declaraciones autoritarias de la ministra Sosa y promesas de construir una nueva comisaría, promesas que nunca se materializaron.
Tras el asesinato de Fuentes, tanto la ministra como el gobernador Claudio Poggi bajaron el tono. En redes sociales, Sosa expresó: “La sangre derramada es la entrega por el bien de la comunidad” y prometió “no parar hasta encontrar a los responsables”. El gobernador, por su parte, aseguró que “no descansaremos hasta dar con los asesinos de quien cuidaba a su localidad”.
Pocas horas después del crimen, la Policía detuvo a Mauro Vieyra, uno de los presuntos asaltantes, mientras intentaba escapar herido. Vieyra, de unos 30 años, tenía una bala que le impedía moverse con facilidad y fue trasladado al hospital de Merlo, donde permanece internado. La búsqueda de otros dos involucrados continúa, con allanamientos realizados durante toda la noche.
El asesinato del oficial Fuentes deja al descubierto las fallas en la gestión de la seguridad provincial, denunciadas por las autoridades locales meses antes de esta tragedia.