En San Luis, el peronismo sigue huérfano mientras la mentira vuelve al podio
La decadencia de la Política del Peronismo en San Luis, ya venía en progresiva e inexorable pendiente de derrota. No se trató del candidato a gobernador que perdió en la última elección, ni tampoco de la performance electoral del nuevo gobernador, ni mucho menos del arrasador triunfo de Milei en la provincia y especialmente en Mercedes. Se trató de la mala política del Peronismo. De la asfixia.
De falta de participación sin condiciones, de transparencia, de la soberbia y sordera de no escuchar y confiar en la gente, de manosear a la militancia con reglas inventadas, pero sobre todo… de la ausencia de Verdad y de un espíritu bueno.
No se trató tampoco de que faltaron ideas, buena voluntad, buenas intenciones, de amor a la población y al terruño. Tampoco de lealtad y sentimiento. Todo eso, lo tiene la militancia. Pero todo eso, le faltó a la dirigencia del Justicialismo. El abandono de la racionalidad, de los sueños y esperanzas de nuestra población y especialmente de usar a los jóvenes sólo con fines electoralistas y de continuismo, llevó al oscurecimiento de lo que significan las ideas del Peronismo.
La indiferencia a los constantes reclamos de participación y transparencia de los actos de gobierno, hechos por propios y ajenos, como de los continuos malos ejemplos de digitar candidatos, de no transparentar el origen y destino de fondos públicos, de no responder a las necesidades y solución a las problemáticas que hoy demandan nuestros conciudadanos, sumados el reemplazo de la Justicia Social por el asistencialismo y practicas clientelistas y conservadoras ajenas al Peronismo, generó desazón y descreimiento no de toda la Política, sino de la Políticas propuestas por los dirigentes del Peronismo para la población.
Muchos años sin periodicidad de funciones, tanto en el gobierno como en la estructura partidaria, revela la presencia de una burocracia que impidió la participación real, el trasvasamiento generacional, el debate y renovación de ideas, prácticas militantes y acompañamiento de la población en su lucha por una mejor calidad de vida; también incidieron en la derrota.
Sin embargo, fue en la gobernanza del Estado Provincial y de sus Municipios, donde se dejó de lado la defensa y promoción del trabajo, vivienda, salud, educación, economía y seguridad, priorizando la megalomanía de infraestructura en lugar de atender necesidades básicas de los sanluiseños como en el control e involucramiento de precios, tarifas, desempleo y políticas laborales de los medios de producción.
El Peronismo puede recomponerse, pero a partir de ocuparse inmediatamente de las necesidades y problemáticas que hoy sufre nuestro Pueblo por las políticas antipopulares que se están implementando a nivel nacional con la alianza y anuncia de la provincia. No se puede recomponer con dirigentes o autodirigentes que piensan solamente en las próximas elecciones legislativas -como están haciendo ahora- inventando ideas, consignas, frentes, alianzas y contubernios políticos aspirando a recuperar Poder, cuando la población hoy necesita acompañamiento, contención, lucha, en lugar de politiquería que beneficia a los aprovechados y oportunistas de siempre. Este Peronismo no garantiza nada; profundiza el sufrimiento de la gente.
El Peronismo necesita purgarse de dirigentes que no comulgan con sus ideales; dirigentes que han transigido con políticas neoliberales, que han usado el Peronismo para sus propios intereses, que nos han mentido y nos siguen mintiendo en la cara. Con amigos, hijos de amigos y funcionarios sin militancia real. Falta espíritu de Verdad, de honestidad, de jugarse por el Otro desinteresadamente, de terminar con las palabras y discursos y ponerse al lado de los pobres, de los desempleados, de los jubilados, de los que pasan necesidades, de los que no pueden con los precios de la comida, de las tarifas, de los que no pueden tener una vida digna, y luchar con ellos, no desde las cómodas poltronas de sus casas que no saben de necesidad.
“No estamos en las casas; estamos en la calle, en los comedores, en las Iglesias, en los roperos comunitarios, atendiendo y acompañando a quién golpea con razón e insistencia a nuestras mentes, a nuestras capacidades, a nuestro corazón. Somos los peronistas que ustedes han olvidado”.
Cuando el Pueblo, los Peronistas, los hombres y mujeres de buena voluntad y espíritus realmente libres y valientes se empoderen, tomen conciencia de sus derechos, de su fuerza, de su poder de organizarse como se les antoje sin pedir permiso a nadie, ni ser seguidores de nadie, sólo de su propio destino y exigir lo que les corresponde en justicia, entonces y recién entonces los discursos e intenciones de estos pseudodirigentes que han renegado del Peronismo oscureciéndolo y desprotegiéndolo, dejándolo en manos de los codiciosos, entonces el Peronismo se recompondrá.