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Recrudecimiento de la crisis industrial: 700 suspensiones en Acindar por falta de ventas

La crisis industrial en Argentina continúa profundizándose, y esta vez golpea a una de las plantas más emblemáticas del sector siderúrgico. Desde este lunes, Acindar suspenderá a más de 700 trabajadores en su planta de Villa Constitución, Santa Fe. Los empleados afectados recibieron el aviso por WhatsApp, lo que generó una ola de indignación y desesperación, ya que muchos pasarán las fiestas de fin de año sin trabajo.

Causas de la crisis

El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Villa Constitución, Pablo González, explicó que la medida se debe a una caída histórica en las ventas, producto de tres factores principales:
Paralización de la obra pública: La falta de proyectos estatales afecta directamente la demanda de acero.
Descenso de la construcción: El sector cayó un 19,5% en los primeros nueve meses del año.
Importación de acero: La llegada de productos de China y Polonia impacta negativamente en la producción nacional.

Con una capacidad instalada operando al 50% y una proyección de producción anual inferior a las 600.000 toneladas (la más baja en la historia de la planta), la situación en Acindar se agrava. El año pasado, la empresa produjo el doble de esa cifra, alcanzando las 1.200.000 toneladas.

La suspensión de actividades afecta directamente a más de 700 empleados, quienes se suman a los miles que ya han enfrentado medidas similares durante el año. Un trabajador de la planta compartió en redes sociales su angustia:
«En mis 11 años en la empresa, es la primera vez que sucede algo así. Me notificaron por WhatsApp que estoy suspendido hasta nuevo aviso. Somos más de 2.000 los afectados. Es desesperante».

Además, los empleados denuncian un retraso de cinco meses en la negociación paritaria, lo que agrava aún más su situación económica.

Desde el sindicato y los empleados apuntan a las políticas económicas del gobierno nacional, encabezado por Javier Milei, como responsables de esta crisis. La apertura de importaciones y la falta de estímulo a la industria local recuerdan, según algunos trabajadores, las políticas neoliberales de los años 90, con consecuencias similares para la industria nacional.

El integrante de la comisión interna de Acindar, Matías Ruffini, expresó en junio:
«Nos quieren empujar a despidos masivos, y no lo vamos a permitir».

Mientras los trabajadores enfrentan un panorama oscuro, la UOM y otros sindicatos anticipan un conflicto prolongado si no se toman medidas para revertir la situación. El impacto económico y social de esta crisis podría extenderse, con Acindar como símbolo de una industria golpeada por las políticas actuales.

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